Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Senda del Acebal de Abiada


Después de una semana dura de curro, no teníamos ganas de meternos mucha caña. Por eso buscamos una sencilla ruta para pasar la jornada del domingo en compañía de Chus y Mónica. Al final optamos por ir a realizar la ruta del Acebal de Abiada, con la esperanza de poder pisar algo de nieve durante la realización de la misma.


La Senda del Acebal sale de la plaza de Abiada, deja el casco rural por el oeste y cruza el puente Torceda, para adentrarnos en el territorio del río Guares. Durante todo este trayecto la presencia de nieve era escasa en nuestro camino, pero al llegar a la zona de la Poza, en donde estuvimos realizando un poco de patinaje, nos ponemos definitivamente las raquetas.


Continuamos por la pista en dirección a los invernales de Sopeña, abandonándola en ocasiones para buscar zonas con más cantidad de nieve acumulada y no tener que quitarnos las raquetas.


Poco a poco nos vamos acercando al acebal y encontrando en nuestro camino algún ejemplar aislado de acebo.


El sendero nos lleva, después de superar una valla ganadera y un pequeño puente, hasta esta magnifica mancha arbustivo - forestal de acebo. El  acebo es un árbol que puede llegar a medir 12 metros de altura y vivir 500 años, su tronco es recto, porte piramidal y con copa densa y ramosa desde la base. El acebo tiene una madera muy dura y compacta muy estimada en ebanistería.
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El hecho de fructificar en invierno le da a esta planta un valor ecológico muy importante, al ser una buena fuente de alimento para muchas especies, especialmente de pájaros, en la estación más dura por la escasez de recursos.
                    

Superado el bosque llegamos al Prao Nestosa y nos ponemos a buscar un sitio al sol en donde poder sentarnos a comer tranquilamente, antes de volver a emprender la marcha. El camino de retorno lo hacemos siguiendo el cauce del río Guares, el cual tenemos que atravesar en más de una ocasión, situación algo incómoda con las raquetas puestas.

Atravesamos un bonito hayedo, y ya de nuevo en cotas más bajas vamos zigzagueando en busca de la nieve, puesto que las calvas en el suelo son cada vez mayores. Al final optamos por quitarnos las raquetas y continuar con el descenso hacia el Pozo de La Ureña, en donde encontramos una pequeña y escondida cascada. Desde este lugar tan solo nos queda seguir por la pista, que hacia el este nos lleva de nuevo a Abiada.
                    

lunes, 16 de diciembre de 2013

Viaje a los Oscos. Cascada de Seimeira


Durante el pasado puente de la constitución nos desplazamos a tierras asturianas, más en concreto a la comarca Oscos - Eo, con la idea de conocer la zona y pasar unos días disfrutando del gran entorno natural de la zona. Aprovechamos muy bien el tiempo en estos días tan cortos de invierno, visitando entre otros lugares la Fragua de Mazonovo, la casa natal del Marqués de Sargadelos, el Conjunto Etnográfico  Os Teixois, el Museo de la Cuchillería de Taramundi, el Museo de Esquíos, Castropol, la Playa de las Catedrales (Lugo), etc. 


Pero también tuvimos tiempo para realizar algo de senderismo, como la fácil Ruta de la Seimeira (PR-AS 116) que describo a continuación.


Para acceder al punto de partida debemos salir de la población de Santa Eulalia de Oscos hacia el oeste hasta llegar al área recreativa de Pumares, donde encontramos una zona de picnic junto al Río Agüeira.

                   

Atravesamos la carretera y seguimos por el camino que va paralelo al río. La temperatura era baja y una fuerte helada cubría en muchos puntos de la ruta el paisaje. La senda está señalizada y no debemos entrar en el núcleo de población de Pumares excepto que queramos visitarlo. En este punto, una perra de color blanco de algún vecino del pueblo se unió al grupo, acompañándonos y guiándonos durante el resto de la ruta.


Vamos siguiendo el sendero que poco a poco va aumentando de desnivel hasta llegar a la aldea abandonada de Ancadeira,  que es testigo de la importancia que tuvo antiguamente el lugar. 


Pasamos por el Bosque del Desterrado, donde un panel nos explica su leyenda y por una zona de Corripas, construcciones de piedra que servían para guardar las castañas en su época de recolección, para más adelante volver a recogerlas cuando el erizo estuviese  curtido, alargando de esta manera la conservación de la castaña, que se podía prolongar hasta el mes de abril o mayo.


Pronto llegamos a un cruce, tomando el camino de la derecha, para seguir por el sendero que sigue el curso del río hasta llegar a la Cascada de  Seimeira, de unos 30 metros. 


Volvemos atrás hasta llegar al cruce y aquí podemos decidir hacer la vuelta hasta el punto inicial o bien dirigirnos a la aldea de Busqueimado, eligiendo esta segunda opción. Por delante tenemos una buena subida hasta llegar a la aldea y de allí llegar a la ermita de San Pedro y sus magníficos ejemplares de tejos.


Realizamos la vuelta por el mismo sendero hasta el punto de partida, en donde nos despedimos de nuestra compañera y guía de ruta, que se había ganado un buen descanso tumbada al sol en la puerta de su hogar.

               

jueves, 12 de diciembre de 2013

Camino de la Cascada de Somo (con raquetas)


El domingo 1 de diciembre nos fuimos de raquetas hasta Fuente Dé. Si bien esta no era nuestra primera opción, al final las diversas webcam existentes por los rincones de Cantabria hicieron que acabáramos allí, aprovechando lo que parecía una ventana de buen tiempo.


Llegamos al parador de Fuente Dé y subimos al final de la carretera, lugar donde aparcamos el coche. Comenzamos a caminar por una pista que pronto se bifurca. Cogemos el ramal de la derecha y vamos ganando altura, bajo una débil nevada, hasta alcanzar una zona de cabañas conocidas como los Invernales de las Berrugas.

                        

Disfrutamos de unas buenas vistas a medida que ascendemos, viendo en la lejanía la Cascada de Somo. Continuamos por la pista, rodeando Peña Remoña por el antiguo camino que unía Liébana con Valdeón.


Encontramos una bifurcación en la que tomamos el ramal de la derecha que, con empinadas revueltas, pronto coge altura sobre el río Cantiján. En este punto nos ponemos las raquetas, pues la gran cantidad de nieve acumulada empezaba a ser considerable.


Continuamos por la pista, o más bien intuyendo por donde va, pues a esta altura todo está cubierto de una buena capa de nieve, disfrutando a ratos de un tímido sol que las nubes no tardaban en ocultar, hasta llegar al Arroyo de Duernas, donde dejamos el histórico camino de Valdeón en un desvío a la izquierda. Desde aquí vamos dando la vuelta al valle, manteniendo casi siempre la misma cota hasta llegar a las Praderas de Bustantivo.


Desde este lugar vamos bajando hasta el río Cantiján, que atravesamos por un pequeño puente. Por la margen izquierda del río hallamos una vieja pista que nos lleva al cruce por el que pasamos al principio del recorrido, descendiendo a los Invernales de las Berrugas y a Fuente Dé, donde damos por concluido este precioso circuito invernal.

               

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Travesía Solviejo - Rayo de Sol


Visitamos esta preciosa travesía (domingo 24 de noviembre) en compañía del Club Cota Mínima Cantabria y compañeros del Grupo Espelogel (Logroño). Tras algún retraso y despistes de última hora, llegamos a la boca de Solviejo un grupo bastante numeroso de 12 espeleólogos.
El día era bastante malo, con lluvia intermitente y un intenso frío, así que cuando llegamos a la entrada de Solviejo agradecimos mucho la buena temperatura que hacia en la cueva, bastante mejor que en el exterior.


La boca de entrada da paso a una galería de 3 metros de altura por 2 metros de anchura, que desemboca unos 30 metros más adelante en el primer pozo de unos 19 metros. La instalación de la cabecera se situa a la derecha, para después de bajar una corta rampa, desviarse la linea de rápel a la derecha, en busca de una alta reunión que dio algún problema a los que llevaban los cabos de anclaje cortos. Por esta vertical se llega a una amplia sala, realizando una pequeña trepada por una colada a nuestra derecha, con la ayuda de una cuerda, continuando por una bonita galería con gours y bellas formaciones.

                            

Después de realizar un destrepe con la ayuda de otra cuerda, llegamos a la cabecera del segundo pozo de unos 20 metros.

                             

Continuamos con la travesía, encontrando una zona de coladas en donde encontramos un pequeño curso de agua. En esta zona realizamos otro rápel arrampado (20 metros) por una colada que nos deposita en una sala. La continuación nos la marca el curso de agua a través de un pequeño agujero, que superamos intentando no mojarnos mucho.


Continuamos por un meandro desfondado y en ocasiones estrecho, de unos 150 metros de longitud, que desemboca en un pozo de 4 metros, seguido de un corto y fácil destrepe. De esta forma se accede a la Sala del Campamento, sala de suelo completamente liso en donde aprovechamos para realizar un reagrupamiento y ponernos a comer. 



Después de recuperar fuerzas, visitamos las galerías que parten en ambas direcciones desde esta sala, encontrando lugares de gran belleza que hacen que la travesía cada vez nos fuese gustando más.


                            


Desde el punto donde se llega a la Sala del Campamento tras el destrepe, se puede continuar, descendiendo por un pozo de 9 metros  hacia un nivel inferior. Este nivel conduce, por un lado, hacia un sifón terminal a la cota -111 metros tras bajar diversos pozos  y por otro lado se dirige hacia la Torca de Rayo de Sol, a través de las galerías denominadas por los ingleses Chocolate Crunch Series. Estas galerías se inician en un tubo freático de unos 2 metros de alto, en forma de ojo de cerradura, que conduce, tras unos 200 metros, a una galería transversal estrecha y de techo bajo, caracterizada por tener el suelo muy reseco y de color chocolate, que al pisarlo produce un sonido particular.




En esta galería se toma el ramal derecho, por el que se llega rectando hasta un pozo de 23 metros, estrecho e incómodo de bajar,  que conduce al piso inferior y por lo tanto, a las galerías de la Torca de Rayo de Sol. 

Una vez en estas galerías es fácil tomar el camino que lleva hasta los pozos de la Torca. Para llegar a ellos se ha de pasar por un estrecho e inclinado meandro, que precede a un tramo de bloques. Se trata de una zona característica por la existencia de corrientes aire, goteos y restos de ramas provenientes del exterior. Por una pequeña trepada a la derecha se alcanza la base del primer pozo ascendente  de salida, de unos 15 metros.

                             

Una corta  galería, con un paso estrecho en su final, nos deposita en la base del segundo y último pozo de subida, de unos 10 metros, encontrando justo en su final la estrecha e incómoda salida de la Torca de Rayo de Sol, en donde los que ya estaban fuera veían como sufrían los que restaban por salir.


Una vez todos en el exterior y tras la foto de grupo, comenzamos con el camino de retorno entre risas,  comentarios y anécdotas sobre esta deportiva y bonita travesía, que continuaron más tarde en un cercano bar al pie de un buen fuego.

               

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Mina del Vidrio o Cueva de los Cristales


Después de descender el Barranco de las Tobalinas y comer algo, decidimos desplazarnos hasta la cercana localidad de Mier para visitar (si éramos capaces de localizarla) la pequeña Mina del Vidrio. Llevábamos unas buenas  indicaciones de nuestro amigo Pon, pero a la entrada del pueblo nos surgieron dudas, así que terminamos preguntando a un vecino del pueblo que amablemente nos indicó la ubicación de la mina y cual era el camino a seguir.


Más adelante, y para certificar que seguíamos por el buen camino, volvimos a preguntar a un ganadero que esperaba el paso de sus vacas junto a la estrecha pista que da acceso a la boca de la cueva. Ahora sí, con estas indicaciones llegamos al punto exacto en donde dejar el coche, muy cerca de una gran fuente que la compañía minera que explotó la mina construyó en el año 1956.


Nos cambiamos y comenzamos el corto camino de aproximación hasta la boca de la mina. Una corta galería minera pincha con una cueva natural. Destrepamos por un incomodo y estrecho agujero siguiendo un pequeño curso de agua, paso molesto en el que luchamos para no acabar mojados.


Superado este estrechamiento la cueva continua. Seguimos el curso del agua disfrutando de las numerosas cristalizaciones de calcita que hay en las paredes.


Un nuevo estrechamiento nos deposita en una sala de pequeñas dimensiones, pero con bonitos espeleotemas, observando pequeñas formaciones de tono verde y azul, desecaciones de barro, pisolitas anaranjadas, etc.


Después de pasar un largo rato disfrutando del lugar y tras desestimar continuar por un minúsculo agujero, volvemos sobre nuestros pasos, saliendo al exterior ya de noche cerrada, acompañándonos el sonido de los campanos de las vacas en nuestro camino de vuelta al coche.

               

viernes, 22 de noviembre de 2013

Barranco de las Tobalinas o Cañón del Jargú


Aprovechamos la tregua que la lluvia nos dio el pasado sábado, para ir a conocer este barranco de reciente apertura por parte de nuestros amigos Marisa y Pon. La verdad es que cuando supimos de su apertura nos llevamos un pequeño chasco, pues meses atrás habíamos comprobado que el barranco estaba sin equipar, pero por ir dejando el asunto al final se nos adelantaron, aunque por otra parte nos ahorrábamos el tener que limpiar buena parte del barranco, pues en muchos sitios la vegetación era tan densa que molestaría en la progresión.
Sin madrugar demasiado, o mas bien levantarnos cuando nos lo pidió el cuerpo, cogimos los bártulos y nos dirigimos hacia el Desfiladero de la Hermida, más en concreto hasta el kilómetro 169 de la carretera nacional 621, que es en donde finaliza el descenso. Poco más adelante encontramos a mano izquierda un pequeño ensanchamiento en donde dejamos el coche. Al otro lado de la carretera vemos un panel informativo con la descripción de la Senda de Jargu, camino que tomamos y que en aproximadamente 20 minutos nos llevo a la cabecera del barranco, superando una subida que gana altura rápidamente en continuas revueltas.


La senda de entrada al barranco la marca una columna de alta tensión, lugar en donde nos desviamos abandonando el camino para llegar al cauce del arroyo, con abundante agua después de toda la lluvia que había caído en días anteriores.
Comenzamos el descenso y ya desde los primeros metros sentimos un poco envidia sana. Esta primera zona en donde nos encontramos un pequeño rápel de 4 metros y a continuación otro de 25 metros, es la que reconocimos meses atrás. Si en aquella ocasión ya nos pareció digno de apertura, ahora con agua abundante más aún.


A continuación encontramos una zona bastante tomada por la vegetación que molesta un poco en el descenso, realizando otro par de rápeles de 6 y 15 metros respectivamente.


Llegamos al quinto rápel, una bonita cascada de 15 metros.

                           

Superada esta cascada volvemos a entrar en otra zona bastante tomada por la vegetación, montando el rápel 6, de unos 18 metros.


Encadenado  a este rápel encontramos el pasamanos de acceso a la cascada, en mi opinión, más bonita del descenso. La reseña de nuestro compañero la da una longitud de 30 metros, aunque la verdad es que tendrá unos 22 metros como mucho.

                           

El siguiente rápel, de unos 4 metros, lo encontramos equipado con una cuerda en fijo. Se trata de un estrecho paso bajo un tronco, al que le sigue otro rápel de unos 10 metros.


Llegamos a la parte final del barranco, en donde realizamos otro par de rápeles, el último de ellos opcional, y de inmediato salir a la carretera después de 1 hora y 30 minutos de descenso.

                           

El barranco, sin ser una maravilla, es bonito, estético y no tiene apenas tiempos muertos. Es ideal para combinar con su vecino La Toba, y muy recomendable descender ambos después de unos días de abundantes lluvias, como ha sido el caso de esta pasada semana. Por nuestra parte felicitar a Marisa y Pon por la apertura y el buen trabajo de limpieza que hicieron en el barranco.

               

miércoles, 20 de noviembre de 2013

El sendero del Monte Hijedo



Llevábamos unos días pensando en la idea de ir a realizar una ruta a un buen bosque para disfrutar de los colores del otoño, así que el domingo 10 de noviembre nos desplazamos hasta la localidad burgalesa de Santa Gadea de Alfoz para realizar la ruta del sendero del Monte Hijedo.
A la salida de este pueblo, en dirección a Higón, nos encontramos una pista asfaltada que nos llevó al punto de inicio del sendero PR-BU 30, lugar marcado por un panel informativo y una buena zona de aparcamiento.

                         

El sendero del Monte Hijedo permite conocer al visitante uno de los robledales de roble albar más extensos y mejor conservados de la cornisa cantábrica. Su gran valor reside en que es representativo de un bosque muy escaso en la actualidad pero que antaño debió cubrir una extensa superficie.


Los robledales comenzaron a sufrir intensas explotaciones en la Edad Media para cubrir las necesidades de leña y carbón. En el siglo XVII, para fomentar la construcción de navíos, la marina obtuvo privilegios en la administración de los bosques, permitiéndosele cortar todos los árboles adecuados para fabricar embarcaciones. Posteriormente en los siglos XVIII y XIX la madera de roble se utilizó para la elaboración del carbón destinado a las ferrerías. El Monte Hijedo, por su relativo aislamiento y como núcleo central de una gran zona boscosa resistió, pese a todo, estos avatares, aunque seguramente fue reducida su superficie primitiva.


En la actualidad, el bosque del Hijedo se recupera debido al abandono rural, el empleo de nuevos combustibles y la implantación de cortas selectivas a partir de la segunda mitad del siglo XX. Dentro del bosque y mezclado con el roble crecen hayas, tejos, acebos, avellanos, sauces, etc.


Comenzamos a caminar, bajo un cielo gris que por el momento no amenazaba con lluvia, por una pista bien conservada que en apenas 1,5 km nos llevo hasta la Cabaña de Hijedo, un pequeño y bello palacete de principios del siglo XX, desde donde comenzaríamos una ruta circular para conocer una minúscula parte de este bonito bosque.


Comenzamos un pronunciado descenso en busca del Arroyo del Hijedo, que discurre por el fondo del bosque. Esta parte fue la que más nos gusto de todo el recorrido, disfrutando a cada paso con los bellos colores que el otoño había dado a las hojas de los árboles.


Una vez llegamos al arroyo seguimos su curso, encontrándonos en una de sus orillas un bello tejo, con sus frutos en forma de arilo carnoso que rodea la simiente, de un intenso color rojo.


Continuamos con el agradable paseo junto al arroyo, para más adelante salir del bosque a un gran claro, haciendo un largo giro a la izquierda, siguiendo una pista que de nuevo nos introduce de lleno en el bosque por un camino más estrecho y cerrado que por el que transitábamos con anterioridad. Es en este trayecto en donde encontramos en nuestro camino un par de ejemplares de tejos centenarios, de proporciones importantes y unas formas peculiares.


Poco después abandonamos el camino unos metros, para contemplar desde un mirador natural la belleza y la grandiosidad del Monte Hijedo.


De regreso al camino continuamos hasta la  Cabaña de Hijedo, cerrando de esta forma el circuito por este precioso bosque que nos mostró sus encantos otoñales. Ya tan solo nos quedaba regresar por la monótona pista hasta el lugar en donde habíamos dejado el coche. Pero como aún era temprano decidimos dar un rodeo al Pantano del Ebro, e ir hasta el cercano pueblo de Villanueva para ver los restos inundados de la antigua iglesia.


De vuelta a casa, la lluvia que nos respetó durante toda la jornada, hizo apto de presencia, recordándonos  que esos días en que los pronósticos son muy malos en la costa, suelen ser un poco mejores en la meseta (aunque no siempre) siendo una buena opción para realizar salidas tan fáciles y bonitas como esta del Monte Hijedo.