Durante el pasado puente de la constitución nos desplazamos a tierras asturianas, más en concreto a la comarca Oscos - Eo, con la idea de conocer la zona y pasar unos días disfrutando del gran entorno natural de la zona. Aprovechamos muy bien el tiempo en estos días tan cortos de invierno, visitando entre otros lugares la Fragua de Mazonovo, la casa natal del Marqués de Sargadelos, el Conjunto Etnográfico Os Teixois, el Museo de la Cuchillería de Taramundi, el Museo de Esquíos, Castropol, la Playa de las Catedrales (Lugo), etc.
Pero también tuvimos tiempo para realizar algo de senderismo, como la fácil Ruta de la Seimeira (PR-AS 116) que describo a continuación.
Para acceder al punto de partida debemos salir de la población de Santa
Eulalia de Oscos hacia el oeste hasta llegar al área recreativa de Pumares, donde encontramos una zona de picnic junto al Río Agüeira.
Atravesamos la carretera y seguimos por el camino que va paralelo al río. La temperatura era baja y una fuerte helada cubría en muchos puntos de la ruta el paisaje. La
senda está señalizada y no debemos entrar en el núcleo de población de Pumares
excepto que queramos visitarlo. En este punto, una perra de color blanco de algún vecino del pueblo se unió al grupo, acompañándonos y guiándonos durante el resto de la ruta.
Vamos siguiendo el sendero que poco a poco va
aumentando de desnivel hasta llegar a la aldea abandonada de Ancadeira, que es testigo de la importancia que tuvo antiguamente el lugar.
Pasamos por el Bosque del Desterrado, donde un panel nos explica su leyenda
y por una zona de Corripas, construcciones de piedra que servían para guardar las castañas en su
época de recolección, para más adelante volver a recogerlas cuando el erizo estuviese curtido, alargando de esta manera la conservación de la castaña, que se podía prolongar hasta el mes de abril o mayo.
Pronto llegamos a un cruce, tomando el camino de la derecha, para seguir por el sendero que sigue el curso del río
hasta llegar a la Cascada de Seimeira, de unos 30 metros.
Volvemos atrás hasta
llegar al cruce y aquí podemos decidir hacer la vuelta hasta el punto
inicial o bien dirigirnos a la aldea de Busqueimado, eligiendo esta segunda opción. Por delante tenemos una
buena subida hasta llegar a la aldea y de allí llegar a la ermita
de San Pedro y sus magníficos ejemplares de tejos.
Realizamos la vuelta por el
mismo sendero hasta el punto de partida, en donde nos despedimos de nuestra compañera y guía de ruta, que se había ganado un buen descanso tumbada al sol en la puerta de su hogar.
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