Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Las Médulas. Sendas Reirigo, Valiñas y Lago Sumido


 

Este pasado fin de semana, aprovechando la invitación que nos hicieron Jesús y Mónica para acompañarles en el viaje, nos desplazamos hasta la provincia de León con la idea de visitar Las Médulas y hacer algo de turismo por la zona. El viernes por la tarde pusimos rumbo hacia tierras leonesas, más en concreto hacia la pequeña localidad de Quintanilla de Somoza, lugar en donde Chus, aprovechando unos vales de los que disponía, se había encargado de reservar habitaciones en un bonito hotel rural. Cuando llegamos al pueblo, ya de noche, cenamos algo y aprovechamos para dar un paseo nocturno por el pueblo, sorprendiéndonos las anchas calles de adoquines. Ya de vuelta al hotel y con una cerveza en la mano preparamos la actividad del día siguiente, que consistiría básicamente en la visita a Las Medulas.
El sábado amaneció con un cielo bastante triste y oscuro, no presagiando nada bueno, pero no nos íbamos a echar para atrás en nuestros planes. A las 9 de la mañana nos estábamos metiendo un gran desayuno entre pecho y espalda, aunque Chus que tenía dolor de estómago tuvo que moderarse un poco. Teníamos un largo camino hasta el pueblo de Las Médulas, pero aconsejados por la dueña del hotel decidimos ir por un camino turístico por el que coincidíamos en muchos tramos con el Camino de Santiago. La ruta si fue turística y entretenida en varios puntos del recorrido, parando a visitar (bajo una débil nevada) la Cruz de Hierro, un largo poste de 5 metros con una cruz de hierro en la punta, en donde cada peregrino pone una piedra a sus pies para librarse de las cargas y culpas que haya venido cargando durante la vida. La piedra debe de ser del lugar de origen del peregrino y tan grande como los propios pecados.

                           

Atravesamos otros bellos pueblos (Acebo, Riego de Ambrós, Molinaseca, Ponferrada,etc) en nuestro largo, tortuoso, aunque divertido viaje hacia el Bierzo, encontrándonos numerosos peregrinos por el camino, pero la verdad es que estábamos deseando llegar al pueblo de Las Médulas, donde llegamos sobre las 12 del mediodía.
Las Médulas, situadas junto al pueblo del mismo nombre, se hallan enclavadas en la Comarca del Bierzo, en la provincia de León, es un entorno formado por los restos de una antigua explotación minera de oro de la época romana. El enorme trabajo de ingeniería realizado para la extracción del mineral supuso una gran destrucción del medio ambiente, pero dio como resultado un paisaje grandioso y espectacular de tierras rojizas, perfectamente integrado con la vegetación de castaños y robles, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.


El noroeste español era una de las áreas extractoras más ricas en oro que nutrían las arcas imperiales romanas y la Zona Arqueológica Médulas una de las mayores explotaciones mineras. Hoy en día es un territorio que nos habla del ingenio romano y de la influencia que tuvo la invasión y conquista, después de enconadas luchas, entre la población astur finalmente sometida.
La espectacularidad del paisaje actual es el resultado de la mano del hombre y de una de las técnicas de explotación más utilizadas en el lugar: el método de la Ruina Montium, a través del cual el agua deshacía literalmente la montaña. Se introducía en tromba en las galerías previamente excavadas y ciegas, lo que provocaba la comprensión del aire atrapado en su interior y hacía explotar el conglomerado de arcilla. Esta masa desprendida se lavaba en canales de madera, de la que se extraían previamente los cantos rodados (reuniéndolos en montones llamados murias o pedreiras) y se filtraba a través de ramas de brezo que retenían el oro. La ingeniería romana permitía traer el agua por canales excavados en la roca de más de 100 kilómetros, para luego almacenarla en depósitos.


Después de prepararnos y recoger información en el aula Arqueológica comenzamos por fin a caminar. Para conocer a fondo esta vieja explotación minera habíamos preparado un circuito uniendo varias de las rutas señalizadas que existen por la zona arqueológica de Las Médulas. Nuestro recorrido comenzó en el aparcamiento del aula arqueológica y atravesamos el pueblo por la carretera, dejando atrás la plaza donde se encuentra el lavadero. Muy pronto a la izquierda nos encontramos la iglesia de San Simón y San Judas, aprovechando para hacerla una visita.


Unos metros mas adelante llegamos al Centro de recepción de visitantes en donde nos volvieron a informar sobre todo lo relacionado con el entorno y como combinar las diferentes rutas, aunque nosotros ya llevásemos una idea bien clara de lo que íbamos a hacer gracias a la gran información que recogimos de la siguiente pagina: Lago Sumido.
Continuamos caminando y a pocos metros llegamos a una barrera que impide el paso a los vehículos, lugar en donde encontramos un cruce de caminos. Tomamos el camino de la derecha, comenzando la Senda de las Valiñas y dejando a la izquierda el camino por donde regresaríamos al acabar nuestra ruta. A los pocos metros, al acabar la cuesta de pista asfaltada, encontramos a la derecha el comienzo de la ruta denominada Senda Reirigo. Al comienzo de esta ruta nos despistamos un poco, pero la verdad es que la confusión mereció la pena, pues nos adentramos en mitad de un bosque de castaños centenarios, en donde a cada paso que dábamos nos sorprendía algún ejemplar de tamaño descomunal.


Una vez en el buen camino, continuamos la marcha por un sendero ascendente que discurre entre castaños hasta llegar a una explanada en lo alto del monte. Cruzamos la explanada y desembocamos en la pista por la que viene la Senda Perimetral. Decidimos retroceder unos metros por esta pista e ir hasta el Mirador de Pedrices, situado a escasos metros y desde donde tenemos una buena vista del lugar.


El tiempo nos está respetando, pues aunque el día es gris la lluvia no hace apto de presencia. Volvemos sobre nuestros pasos, abandonando la pista por la que va el recorrido de la Senda Perimetral a  poca distancia, encontrando una senda que sube por una loma  y que nos dirige hacia las Médulas de Yeres. Este sendero será  el mas costoso de toda nuestra jornada, pero a cambio nos vemos recompensados con unas preciosas vistas de todo el valle.


Continuamos la senda por detrás del Pico Reirigo, entrando en todas las galerías que se encuentran junto al camino (íbamos provistos de linternas), soñando con encontrar alguna pepita de oro que se les pudiese haber escapado a los romanos, je je. El camino que se dirige cumbreando hacia el Campo de Braña, zona recreativa en donde finaliza la Senda Reirigo, es espectacular, disfrutando a cada paso de las impresionantes vistas.


Desde el Campo de Braña continuamos caminando por una buena pista hacia el Mirador de Orellán,  pero a escasos metros nos desviamos del camino al encontrar un indicador que nos indica la situación de los restos de un canal a la derecha del camino. Este canal, llamado Canal de Peña Escribida, era uno de los que conducía el agua hasta el depósito situado en las proximidades del Mirador de Orellán. A partir de aquí el camino es llano y un  poco mas adelante comenzamos a descender decididamente hacia el Mirador, en donde aprovechamos para recuperar fuerzas. Como el viento en esta zona era bastante frío, decidimos ponernos en marcha  una vez finalizamos con la comida y las fotos de rigor. Retrocedemos sobre nuestros pasos y cogemos el Camino del Mirador, que desciende decididamente entre castaños y matorral hasta coincidir de nuevo con la Senda de las Valiñas, justo en la fuente de Tía Viviana. 


Ahora el camino vuelve a estar asfaltado y nos dirigimos a las entrañas de la explotación minera. Llegamos al final del asfalto y seguimos por una pista de tierra, encontrándonos mas adelante la boca de La Cuevona, y a escasos metros la Cueva de la Encantada, aprovechando para visitar sus galerías. Volvemos hasta La Cuevona y cogemos un camino que sale a la derecha y nos lleva disfrutando del paisaje que forman los diferentes picos, de nuevo al punto de comienzo de nuestra ruta.
Como todavía era temprano decidimos realizar la ruta de la Senda del Lago Sumido, volviendo hasta la iglesia y tomando una pista terriza, aunque con algún despiste por nuestra parte que nos llevó a espantar los patos desde la misma orilla de la Laguna Larga y Laguna Pinzais, hasta el Lago Sumido y el Mirador de Chao de Maseiros.


Tras la visita al Lago Sumido volvimos por el mismo camino hasta el pueblo, en donde dimos por concluida esta bonita ruta, de algo más de 16  kilómetros según el GPS de Chus, para conocer  la zona de Las Médulas. El resto de la tarde lo dedicamos para hacer algo de turismo, visitando el Castillo de Cornatel y parando de regreso al hotel para disfrutar del buen ambiente y las tapas de Ponferrada.
El domingo tocaba el regreso a casa, pero no podíamos dejar pasar la oportunidad de visitar León, admirando sus monumentos más emblemáticos y ya de paso, humedecer nuestras gargantas en cierto barrio de la ciudad.

                

No hay comentarios:

Publicar un comentario