Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

jueves, 19 de febrero de 2015

Hayedo de Suano


A pesar de que las previsiones del tiempo eran pésimas para el pasado fin de semana, decidimos buscar una ruta para estirar un poco las piernas y pisar la abundante nieve caída días atrás. El domingo por la mañana, nada más despertarme el panorama era desolador, la lluvia caía con fuerza y lo más apetecible era el volver a la cama aún calentita. Aún así y como habíamos quedado con David y Jhoana me puse a mirar las diversas webcams para ver como andaba la zona de Reinosa, lugar que había escogido para la ruta, puesto que las previsiones para esta zona eran bastante mejores. Efectivamente en la zona campurriana no llovía, y tras un intercambio de mensajes con nuestros amigos decidimos seguir adelante con los planes, quedando en Reinosa a eso de las 10 de la mañana.


La ruta que íbamos a realizar es la conocida como el Hayedo de Suano, que parte desde este pueblo, pero tras algún despiste que otro en el trayecto hasta esta localidad y más tarde la imposibilidad de llegar a ella por una carretera cortada por la nieve, hizo que comenzásemos la ruta desde el Collado de Somahoz, entre Espinilla y Brañosera.


El frío viento en el collado invitaba a ponerse en marcha cuanto antes, así que rápidamente preparamos el equipo y nos pusimos a caminar hacia el hayedo.


Una vez al resguardo del collado la temperatura era muy buena, disfrutando incluso con la presencia del sol, sintiéndonos un poco privilegiados por ello, pues todo lo que veíamos en la lejanía eran nubes negras y lluvia.


En cómodo caminar nos fuimos adentrando en el Monte Mayor de Suano o Hayedo del Endino, cubierto con una gran nevada para nuestro disfrute y el de Tor (el perro de David y Jhoana) que corría de lado a lado sin parar. A pesar de que la nieve estaba bastante blanda caminábamos con facilidad, pero de vez en cuando nos llevábamos una sorpresa y metíamos la pierna hasta atrás, aún incluso llevando raquetas.


Pronto dejamos la parte más bonita del hayedo, comenzando un descenso que nos acercó hasta el pueblo de Suano. En esta bajada decidimos salirnos de la ruta y atravesar el bosque por mitad para recortar el recorrido, encontrando en el camino los restos de algún corzo que no pudo sobrevivir a la gran nevada.


Aprovechamos para sentarnos en unas rocas libres de nieve y comer algo antes de iniciar el camino de vuelta hacia el collado de Somahoz. Nada más comenzar el ascenso encontramos numerosas barras de pan en varios árboles, que los vecinos del pueblo habían colocado  para alimentar a los corzos, venados, etc que en teoría andaban por la zona, pero nosotros no tuvimos mucha suerte y no conseguimos ver ninguno de cerca.


La vuelta hasta el coche se hizo algo dura por la subida y por el estado de la nieve, que cada vez era más blanda por una fina llovizna que por unos minutos durante la ruta hizo apto de presencia.


Nada más subir al coche y comenzar el trayecto hasta Reinosa para tomar algo comenzó a llover, habíamos aprovechado bien el domingo, que a primera hora solo parecía predestinado a ser un día de sofá y manta.

               


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