Las fechas elegidas al final fueron las del macro puente de la constitución. Así que el día 6 de diciembre a las tres de la tarde, quedamos en Hoznayo para comenzar el largo viaje que teníamos por delante, casi 6 horas de viaje en coche. En nuestra furgoneta vamos Alicia, Belén, Juan y yo, y en el otro coche Oscar, Naghy, Cris e Ivan. José Miguel y Carmen, con los que nos reuniremos a nuestra llegada a Thenon, han salido ya unos días antes, alargando mas las vacaciones.
El viaje lo hacemos con un tiempo bastante revuelto, cayendo en algunos puntos del recorrido unos buenos chaparrones, que unidos a las obras en algún punto y el gran transito de camiones, hizo que hubiese que extremar las precauciones. A nuestra llegada a Thenon, sobre las 21:30 horas (de madrugrada para los franceses), avisamos a Alan para que nos venga a recibir, pues no encontramos su casa, que se encuentra situada en los alrededores del pueblo.
Tras realizar las oportunas presentaciones y saludos, vamos a conocer las casas en donde se quedará gran parte del grupo, situadas en un pueblo cercano. Otros nos quedaremos alojados en la casa de nuestro anfitrión.
Después de cenar algo, nos vamos pronto a la cama, pues mañana tenemos una agenda muy apretada.
El cielo aparece cubierto, amenazando lluvia, pero eso no nos impedirá el ir a visitar el cercano pueblo de Montignac. Damos un paseo por el pueblo, compramos pan, tomamos un café y visitamos el modesto mercado ambulante de la localidad, en donde alguno quiere comprar "toallas". Yo creo que se confundíó de país y se creía que estaba en Portugal.
Muy cerca de este pueblo se encuentra la Cueva de Lascaux, que posee gran cantidad de pinturas rupestres paleolíticas. La cueva fue descubierta en 1940 por cuatro adolescentes, y en la actualidad se encuentra cerrada al publico para así proteger las pinturas. Lo que si se puede visitar es una replica que han construido a escasos metros de la cueva original. Decidimos ir hasta el lugar donde esta la cueva de Lascaux, aún sabiendo que no podremos visitar ni tan siquiera la replica, pues se encuentra cerrada. Aprovechamos para comer bajo la bóveda de la replica, antes de ir a buscar a Alan para visitar la siguiente cueva del día, la cueva de Proumeissac.
El camino en coche hasta Proumeyssac se me hace eterno, incluso pego mas de una cabezada. De vez en cuando me despierta el sonido del walkie talkie que llevo en el salpicadero, y que hemos llevado para comunicarnos entre los coches y hacer los desplazamientos mas amenos.
Al fin llegamos a Le Bugue, para visitar esta cavidad, Alan se encarga de sacar las entradas y nos da unos cascos para la traducción. Una idea muy buena que debieran de copiar otras cuevas.
A la cueva se accede a través de un túnel artificial, que da acceso a una inmensa bóveda adornada por 4 coladas e infinidad de estalactitas y estalagmitas, que le hicieron que la llamaran Catedral de Cristal. Dentro de la cueva llama mucho la atención las numerosas figuras que tienen situadas bajo la influencia de los chorros de agua, para que se revistan de calcita. Estas figuras luego te las venden en la tienda de souvenirs.
Esta sima en épocas pasadas y cuando no disponía de entrada artificial, fue utilizada por los bandoleros que atracaban las diligencias y mataban a los pasajeros, tirando luego los cuerpos a la sima. Para evitar esto se mando tapar y cerrar la sima, echando las gentes del pueblo todo tipo de cosas por su boca, pero al poco tiempo lo dejaron por imposible (anda que no tendrían que haber echado cosas).
Una vez salimos de la cueva vamos hasta el lugar donde se encuentra la entrada por la sima, lugar que han cerrado con un establo, y en donde esta representado como bajaron las primeras veces, con un caballo tirando de una polea atada a un tonel. El caballo tenía que ser muy noble, pues si no los tirones serían brutales. También está la posibilidad de bajar a la sima con esta forma, aunque modernizada, bajando en una cabina los 40 metros de altura de la bóveda, aunque nosotros la desechamos pues era bastante mas cara que la entrada por el túnel.
Una vez acabada la visita a esta cueva, regresamos hasta Thenon, a casa de Alan, en donde cenaríamos todos juntos. Antes de la cena probamos un cóctel típico francés hecho con licor de arándanos y vino blanco (no recuerdo su nombre) que entraba solo, pero que rapidamente se subía a la cabeza. Posteriormente una suculenta cena con platos típicos españoles y franceses que nos llevaron a una larga sobremesa, en la que Alan nos deleitó tocando toda clase de instrumentos.
Al fin llegamos a Le Bugue, para visitar esta cavidad, Alan se encarga de sacar las entradas y nos da unos cascos para la traducción. Una idea muy buena que debieran de copiar otras cuevas.
A la cueva se accede a través de un túnel artificial, que da acceso a una inmensa bóveda adornada por 4 coladas e infinidad de estalactitas y estalagmitas, que le hicieron que la llamaran Catedral de Cristal. Dentro de la cueva llama mucho la atención las numerosas figuras que tienen situadas bajo la influencia de los chorros de agua, para que se revistan de calcita. Estas figuras luego te las venden en la tienda de souvenirs.
Esta sima en épocas pasadas y cuando no disponía de entrada artificial, fue utilizada por los bandoleros que atracaban las diligencias y mataban a los pasajeros, tirando luego los cuerpos a la sima. Para evitar esto se mando tapar y cerrar la sima, echando las gentes del pueblo todo tipo de cosas por su boca, pero al poco tiempo lo dejaron por imposible (anda que no tendrían que haber echado cosas).
Una vez salimos de la cueva vamos hasta el lugar donde se encuentra la entrada por la sima, lugar que han cerrado con un establo, y en donde esta representado como bajaron las primeras veces, con un caballo tirando de una polea atada a un tonel. El caballo tenía que ser muy noble, pues si no los tirones serían brutales. También está la posibilidad de bajar a la sima con esta forma, aunque modernizada, bajando en una cabina los 40 metros de altura de la bóveda, aunque nosotros la desechamos pues era bastante mas cara que la entrada por el túnel.
Una vez acabada la visita a esta cueva, regresamos hasta Thenon, a casa de Alan, en donde cenaríamos todos juntos. Antes de la cena probamos un cóctel típico francés hecho con licor de arándanos y vino blanco (no recuerdo su nombre) que entraba solo, pero que rapidamente se subía a la cabeza. Posteriormente una suculenta cena con platos típicos españoles y franceses que nos llevaron a una larga sobremesa, en la que Alan nos deleitó tocando toda clase de instrumentos.
Buen texto y buenas fotos, lo pasamos en grande
ResponderEliminarFelices fiestas!!!
Si lo pasamos genial!! felices Fiestas Chicos.... Un besado
ResponderEliminarBuenos recuerdos, con fotos y texto bien hechos, espero con impaciencia la continuación del reportaje :-) Besos, Alan
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