Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Pica del Jierro - Morra de Lechugales - Silla Caballo Cimero


Este pasado sábado Alicia y yo nos decidimos por hacer algo de senderismo en los Picos de Europa. Nuestra idea era ir a pasar todo el fin de semana realizando vivac, pero las previsiones de tiempo no eran muy buenas  dando lluvia para la noche del sábado y la mañana del domingo. Con este panorama, nos decidimos por realizar una ruta circular por el Macizo Oriental o de Ándara y dejar el vivac para otra ocasión. Salimos sobre las 10:30 del Jito Escarandi, la temperatura era buena y el cielo estaba algo cubierto, disfrutando de un bonito mar de nubes en las zonas mas bajas. En apenas una hora llegamos al pequeño refugio del Casetón de Ándara.


Continuamos nuestro camino, dejando atrás el refugio y encaminándonos hacia el Pozo de Ándara, pero antes de llegar a la llanura en donde se encuentra la minúscula charca que ahora es el pozo, nos desviamos a la izquierda, cogiendo un camino minero que se eleva camino del Collado Valdominguero. Le seguimos entre un sinfín de perforaciones y ruinas, siempre con tendencia hacia la derecha. En este tramo nos sorprendió un rebeco que se levantó a escasos cinco metros de nosotros, pero no salió huyendo, si no que se quedo parado delante de nosotros, como si nuestra presencia no le importara lo más mínimo. Más tarde en una animada charla con Kike (el guarda del refugio del Casetón) nos comentó que posiblemente tuviese sarna y por eso el comportamiento tan extraño del animal, pues lo normal es que hubiera salido pitando al vernos.


Alcanzamos un hombro que da paso al Jou Lleroso, en donde seguimos el camino marcado por marcas rojas con numeración en descenso, hasta llegar al Collado Valdominguero, desde donde tenemos unas espectaculares vistas del Macizo Central.


Después de picar algo continuamos, siguiendo una tímida senda ascendente que nos llevó a los Campos de Valdominguero. Desde aquí ascendemos a la izquierda, buscando decididamente la base de la Pica del Jierro, pero antes tenemos que superar un destrepe algo engorroso. Superado este paso, encontramos las trazas del sendero que sube directamente hacia la cumbre. Seguimos el camino más marcado, siempre con tendencia a la derecha, para por fin poder coronar la cima de la Pica del Jierro (2.424 metros).


Realizamos otro pequeño descanso, comenzando el corto descenso hacia la senda que viene del Grajal y que más tarde utilizaremos en nuestro regreso, para llegar en pocos minutos al collado que da entrada a la Canal de Lechugales, en la divisoria Lechugales -Silla Caballo Cimero. Nuestro siguiente destino es la Morra de Lechugales, para ello seguimos los numerosos hitos que rápidamente nos llevan a la base del curioso bloque cimero. Una trepada con buenos agarres y en la que te puedes ayudar por una cuerda, nos depositan en la terraza cimera, que nos permite alcanzar por fin la cima de la Morra de Lechugales, la montaña más alta del Macizo Oriental con sus 2.444 metros.


Las vistas hacia todos los lados son espectaculares, aprovechando para comer algo antes de dejar la cima y dirigirnos a nuestra tercera cima del día, la Silla Caballo Cimero (2.436 metros). Afrontamos la aérea arista para subir a esta montaña con precaución, pero que sin ningún problema nos llevó a la cima, en donde disfrutamos un buen rato de las vistas, el espectáculo de las nubes apareciendo y desapareciendo en segundos y sobre todo de la tranquilidad y soledad, puesto que lo que antes era un hervidero de gente en las tres cumbres que habíamos ascendido, era ahora una calma total, no viendo una persona en kilómetros a la redonda.


Para el descenso escogimos el sendero del Grajal, haciendo una cuarta cima al ascender el Pico del Grajal de Arriba (2.349 metros), descendiendo después hasta el Collado del Mojón y seguir la pista minera que sin perdida, y entre una niebla que al final nos había engullido, nos llevo de nuevo al refugio del Casetón en donde paramos a tomar algo y mantener una larga y entretenida charla con el guarda. Durante la charla vimos como en el exterior comenzaba a llover, los pronósticos del tiempo no fallaron, teniendo que realizar el descenso desde el refugio hasta el Jito Escarandi bajo una fina lluvia. El día acabó con unas buenas viandas en un restaurante de Sotres para recuperar fuerzas después de una larga y preciosa jornada.

               


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