Hacía tiempo que le había prometido a mi amigo Javi el llevarle a visitar la Cueva del Rescaño y que conociera un poco de la historia minera de la zona de Udias. Así que como para este sábado día 27 de octubre no teníamos ningún plan, aprovechamos para llamarle y quedar con él, mostrándose encantado de poder por fin realizar la visita.
El día amaneció muy lluvioso y desapacible, pero aún así no nos íbamos a quedar en casa. A la salida también se apunto Kiki, quedando en pasar a recogerles a las 11 de la mañana. Antes de recoger a Alicia y poner rumbo hacia Udias, pasamos a echar un vistazo a la cerveza que los dos están elaborando. Aquello no tenía muy buena pinta, pero según comentaban todavía le quedaba por hacerse. Algún día habrá que probar la cerveza "El Jaro" maestros cerveceros desde el 2012, jejeje.
Sobre las 12 estábamos en La Gándara, y como no queríamos hacer una visita pesada y larga decidimos cambiar el Rescaño, por la mas corta y bonita Cueva de La Buenita. Nos habían comentado que la puerta que habían colocado para impedir el paso estaba abierta, pero por si acaso Alicia y Javi fueron a echar un vistazo bajo la lluvia que no cesaba, comprobando que efectivamente el candado había desaparecido.
También nos habían comentado que ya no era necesario el uso de cuerda para descender al nivel más bajo de la cueva, pues habían colocado una escalera para descender el pequeño pozo. De no ser así no hubiésemos podido descender, pues mis compañeros no tienen conocimientos de técnicas de vertical.
Una vez cambiados comenzamos la corta aproximación hasta la boca de la cueva, dirigiéndonos hacía el mencionado pozo, disfrutando de un ameno paseo por las galerías mineras. Al llegar al pozo, comprobamos como efectivamente han colocado una larga escalera que permite la bajada a cualquier persona con un mínimo de agilidad.
Desde la base hacemos una visita a una pequeña sala bastante concrecionada. Hasta aquí la cueva les esta gustando a mis amigos, pero aún les faltaba por ver el plato fuerte de la cueva.
Continuamos con la agradable visita, dirigiéndonos poco a poco hacia la sala de las excéntricas, en donde una vez más nos deleitamos con el espectáculo que presenciamos. Antes de ponernos a comer, me sacio sacando fotos, para luego tomar alguna más antes de ir saliendo hacia el exterior.
Una vez volvemos a la zona minera, decidimos explorar las numerosas galerías, en las que por momentos te pierdes, pensando en lo duro que sería el trabajo en ellas. Antes de salir al exterior caminamos por completo la larga galería de entrada hasta el final, punto desde donde se ve minúscula la boca de entrada, calculando una longitud de unos 500 o 600 metros en linea recta.
Cuando volvemos de nuevo sobre nuestros pasos y llegamos a la boca después de tres horas de visita a la cueva, comprobamos que sigue lloviendo, haciendo el camino de vuelta a la furgoneta bajo la intensa lluvia, que ni tan siquiera nos dejo cambiarnos a gusto. Una vez cambiados volvimos a casa sin entretenernos mucho, y es que el día era de cabaña y chimenea, pero no impidió que disfrutáramos de una agradable visita.
Me encanta la foto de la escentrica, muy guapa.
ResponderEliminarGracias Chus!
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