Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

viernes, 10 de mayo de 2013

Joz de Colín


Animados por unas buenas previsiones meteorológicas para todo el pasado fin de semana, decidimos desplazarnos hasta Asturias (Alicia, Jesús y yo) para descender el barranco de la Joz de Colín, descenso que tenía en mente desde hacia mucho, pero que por una u otra razón todavía no conocíamos. En Arriondas  nos esperaba Lolo, que sí conocía el barranco y nos había hablado muy bien de él. Llegamos muy temprano a la cita, y durante el camino nos extraño mucho el que Lolo no nos cogiera el teléfono tal y como habíamos quedado. Hicimos tiempo tomando un café y dando un paseo por el pueblo, pero nuestro amigo seguía sin dar señales de vida y no contestaba nuestras llamadas. Superada la hora a la que habíamos quedado, cuando ya nos marchábamos un poco preocupados a otro barranco, recibimos su llamada. ¡¡¡ Tenía el movil en silencio !!! y no se había enterado ni de nuestras llamadas, ni de la hora que era. Afortunadamente, todo quedó en esta absurda situación.


Nos reunimos con Lolo en Cangas, y después de echarnos unas risas por lo cómico de lo sucedido, cogimos dirección  al Puerto del Pontón hasta llegar a Camporriondi, en donde dejamos el primer coche junto  a la central eléctrica, pues la combinación de vehículos es obligatoria. Nos ponemos a cambiar y preparar las cosas, y otro nuevo sobresalto. ¡¡¡ Alicia ha olvidado las botas de barrancos en casa !!! Tras barajar varias opciones, entre las que estaba bajar con sus botas de piel de borreguillo, decidimos que lo mejor era que le dejara mis botas de montaña, que le sujetarían  el tobillo y le harían el descenso más cómodo.


Con todo ya preparado (aún con dudas de si nos pasaría algo más) volvemos hasta la localidad de Precendi, en donde cogemos una carretera estrecha y sinuosa que gana altura rápidamente, y nos lleva hasta el pueblo de San Román, en donde aparcamos el coche en una pequeña plaza.
Ya andando, nos acercamos hasta la iglesia, desde donde ya vemos la Riega Colín a nuestros pies. Guiados por Lolo bajamos al cauce, para ir buscando senderos poco marcados por sus orillas que nos permiten avanzar hacia el comienzo del barranco. En varias ocasiones tenemos que cruzar la riega y otras muchas decidimos caminar por ella e incluso realizar algún pequeño tobogán. Dejamos a nuestra izquierda un primer rápel, haciendo continuos destrepes hasta llegar al punto en donde el barranco se encaja y comienzan los rápeles, después de casi una hora de aproximación.


Tan solo un par de rápeles después de comenzar el descenso ya estamos asombrados con la belleza del lugar, y eso que las aguas no están todo lo limpias que desearíamos y el caminar por el cauce se hace difícil, pues es un barranco muy resbaladizo.


Uno a uno van cayendo los pequeños rápeles (en los que era complicado mantenerse de pie) los resaltes, los toboganes, etc, dentro de una garganta muy bien configurada y de altas paredes.


El barranco es muy encajado, con secciones realmente estrechas y los rápeles y destrepes son bajo regada, por lo que el contacto con el agua es continuo.


Superado el octavo rápel el cañón se abre, encontrándonos con gran cantidad de resaltes, una pequeña cueva a la que echamos un vistazo y numerosas pequeñas cascadas antes de llegar a la  unión con la Joz de Guspiagu.


Desde este punto nos queda algún pequeño rápel más, y por nuestra cabeza pasan pensamientos acerca de la tubería a presión que conduce las aguas a la central eléctrica, y del aliviadero de presión que vierte caudal a la Riega Guspiagu. El sistema de suelta de caudal es automático y en caso de abrirse por cualquier circunstancia pudiera causar una catástrofe. Esta es una cuestión a tener muy en cuenta.......

                           

Superado el último rápel el barranco se abre definitivamente, para más adelante encontrar el cauce canalizado. Salimos a nuestra derecha y en poco tiempo caminando por la pasarela de mantenimiento del canal, llegamos de nuevo a la central eléctrica y al lugar en donde dejamos el primer coche, con muy buenas sensaciones y habiendo disfrutado mucho de este precioso barranco, en el que el buen tiempo, la mejor compañía, el abundante agua que nos acompañó durante todo el descenso y el no tener ningún contratiempo más, hicieron que pasásemos una jornada inolvidable.

               

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