Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

viernes, 4 de abril de 2014

Braña de los Tejos


Después de la quedada nocturna en Sarón, nuestro siguiente destino del fin de semana fue Lebeña, lugar al que nos desplazamos con Chus para realizar la subida a la Braña de los Tejos. Aparcamos al lado de la iglesia mozárabe de Santa María de Lebeña y desde allí comenzamos la ruta.


Bajo un cielo bastante gris amenazando lluvia, atravesamos el pequeño pueblo en busca de una pista, que con fuerte pendiente hace que empecemos a sudar rápidamente. Pronto alcanzamos los invernales de Lebeña.


La subida hasta la braña de los Tejos por el Collado Arcedón y el Collado Pandocento se nos hizo dura y pesada, más aún cuando la nieve empezó a cubrir el suelo, dificultando el encontrar el buen camino a seguir.


Desde el Collado Pandocento subimos guiados por el gps en unas ocasiones, las marcas,  y de la intuición en otras, hasta la Braña de los Tejos, aguantando como pudimos las rachas de viento frío.


Justo antes de llegar a la braña visitamos una antigua mina de blenda, las Minas de Arceón, que fueron explotadas desde el año 1850 hasta el 1922, año en el que fueron abandonadas debido a las dificultades para extraer el mineral, unido a lo abrupto y alejado del lugar.


La visita a la Braña de los Tejos la hacemos rápidamente, y es que el viento es bastante molesto. Iniciamos el descenso en busca de una mejor temperatura, intentando buscar un buen lugar en donde poder comer el bocata tranquilamente, cosa que conseguimos tras superar el Collado Pasanco e introducirnos en una vaguada del bosque que nos dio cobijo.


El descenso es rápido a pesar de que en esta parte encontramos mucha nieve, quizás debiéramos haber subido las raquetas, pero desde la salida se veía tan poca nieve que habíamos optado por dejarlas en el coche.


Bajamos siguiendo el cauce del Arroyo de los Casares y Lamason, hasta encontrarnos en cotas más bajas por fin la pista totalmente sin nieve, que en cómodo caminar, nos llevó de nuevo a Lebeña, aprovechando para realizar una visita a su afamada iglesia.


Después de la ruta decidimos acercarnos hasta Potes, que estaba hasta la bandera por unas jornadas de caza, para tomar algo e ir recuperando fuerzas para lo que sería la siguiente actividad del fin de semana.

                 



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