Domingo 31 de mayo, después de haber conocido la jornada anterior el descenso del Río Hijar, nos fuimos en compañía de David y Jhoana (que nos hizo la gran labor de combinación de coches) hasta Cucayo, para descubrir uno de los más bellos barrancos de Cantabria, el Cañón de Río Frío.
Descenso espectacular, acuático, todo un descubrimiento. Como notas negativas, la mínima equipación y el peligro que puede entrañar una avería en la central eléctrica de Bárago, que puede hacer que suba rápidamente el caudal del río.
En breve volveremos y realizaré una reseña más completa, hasta entonces os dejo unas fotos de este precioso barranco.
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