Antes de empezar a quedarnos fríos después de la comida, decidimos desplazarnos hasta la localidad de Orós Bajo para ver como andaba por allí el tiempo. En Escarrilla la cosa se estaba poniendo fea y los compañeros que allí se quedaron más tarde nos comentaron que cayó una buena tormenta, incluso con granizo, pero afortunadamente a los que fuimos a este descenso no nos cayó ni una sola gota.
Dejamos un coche en esta localidad y con el otro vehículo nos desplazamos hasta la cabecera del barranco, llegando en apenas 5 minutos andando al cauce del río.
Pronto empiezan los resaltes y encontramos el primero de los rápeles en donde casi todos optamos por realizar un salto desde una repisa intermedia.
El barranco es de carácter abierto y esta escavado en flysch, que la da gran belleza al descenso.
En el segundo de los rápeles volvemos a optar la gran mayoría por el salto, pudiendo incluso volver a repetirlo en varias ocasiones.
De inmediato llegamos a las dos cascadas finales del descenso, precioso final para un barranco corto, disfrutón y muy estético, que ponía fin a una larga jornada en la que descendimos 4 barranquitos.
Aún montamos un rápel antes de abandonar el río e ir en busca del coche de la parte superior, para más tarde volver con nuestros compañeros, cenar y tener una larga sobremesa.
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