Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

martes, 3 de julio de 2012

Cañón de Navedo


El día siguiente de descender el barranco del Andaral, aprovechamos la  tarde del domingo para visitar este acuático, divertido y  fácil cañón situado en el desfiladero de La Hermida (Peñarrubia). La idea era realizar el bautismo de Belén en los barrancos, y por ello escogimos este bello descenso (sin duda el más descendido de toda la provincia) para ver si esta nueva afición le causaba buena impresión. A la salida nos apuntamos Belén, Alicia, Jara, Pelos y un servidor.
La tarde era buena, y la temperatura animaba a meterse en el agua. Sobre las 5 de la tarde, y después de esperar un buen rato en Unquera para alquilar un neopreno para Jara, estábamos cambiados en la cabecera del barranco dispuestos a divertirnos un rato.




Nos introducimos en el agua, percatándonos de que su temperatura no es tan agradable como suponíamos. Enseguida llega el primer rápel de unos 8 metros, y después de dar las explicaciones oportunas a Belén, damos buena cuenta de él. No esta mal para ser su primera toma de contacto con los rápeles en cascada.
A continuación realizamos un pequeño tobogán y un par de rápeles más antes de llegar a la cabecera del cuarto y más bonito del descenso, una cascada de unos 20 metros que acaba en una gran poza, que se ha colmatado en parte después de alguna riada invernal.



Superada esta cascada, y después de esquivar algún sapo de un  tamaño monumental, llegamos a la zona que más le gusto a Belén, la zona abierta de toboganes, en la que nos lo pasamos en grande, repitiendo el de mayor tamaño (de unos 7 metros) en un par de ocasiones.



Más adelante nos encontramos con un gran desprendimiento de bloques, antes de llegar a la zona más encajada del descenso en donde encontramos un rápel volado de 6 metros y algún pequeño salto.


                      

Decidimos no hacer los saltos desde las repisas y seguir con el descenso, pues no queremos salir muy tarde del  cañón, y en breve llegamos al último rápel, que se encuentra debajo de una  pasarela por la cual podríamos haber abandonado el descenso.
Superado este rápel, y a escasos metros encontramos a la izquierda la salida al coche, tras unas 3 horas de descenso en las que Belén estuvo a buena altura y aunque necesita practicar bastante aún, se lo paso genial, sobre todo en los toboganes. El resto pasamos una buena tarde barranquera a la que pusimos un buen final tomando una birras y cenando juntos a nuestra llegada a Sarón.

         

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