Enlace a porcantabria
Todavía sintiendo la resaca del barranco del día anterior (Gorgas Negras) y
antes de poner rumbo a casa, no nos
podíamos marchar de allí sin conocer la Ferrata de la Canal de Palomo, situada
muy cerca del pueblo de Vadiello, dentro del Parque Natural de la Sierra y
Cañones de Guara.
La Canal del Palomo es una de las primeras ferratas equipadas en España. Estaba
equipada solamente con clavos por lo que estaba reservada a muy poco valientes,
pero recientemente se ha reequipado con cable de vida y algún clavo que faltaba,
y se ha convertido en una ferrata apta para casi todo el mundo.
Aparcamos en el parking a mano izquierda que hay nada más pasar el puente
del barranco Isarre, nos equipamos y empezamos a leer un cartel informativo con
la descripción de la ferrata. En ese momento nos empezaron a temblar las
piernas, dado que en el apartado de dificultad aparecía “extremadamente
difícil”, pero en ese momento apareció Carlos y nos tranquilizó a todos,
comentándonos que al reequiparla, había descendido mucho el nivel.
La aproximación es de menos de 5 minutos, siguiendo las indicaciones de los
paneles informativos. Muy pronto podemos ver los primeros clavos, en donde hay
que tener mucho cuidado dado que los primeros 30 metros de la ferrata no poseen
cable de vida. Es un paso bastante sencillo, pero al no estar asegurado hay que
estar un poco alerta.
Enseguida nos encontramos con una visión general de los que nos vamos a
topar, una gran chimenea, bastante vertical. Superado este primer resalte ya
encontramos los primeros metros de cable de vida, con lo que nuestra ascensión
empieza a ser segura.
Después de hacer un flanqueo a la derecha entramos en la canal. Comenzamos
con la primera parte de la ascensión y pensamos en como antes se subía sin
cable de vida, dado que hay pasos algo comprometidos, pues los clavos están
bastante separados y resbaladizos. A medio camino nos topamos con un guía de montaña que estaba rapelando el
barranco acompañado de un cliente. En el recorrido podemos observar varias
pozas en las que hay bastantes tritones.
Ya casi en la salida, cuando la canal se va abriendo nos encontramos con el
paso más difícil de todos, una pequeña
cascada resbaladiza y ligeramente desplomada, superándola sin apenas
dificultad.
Cuando llegamos a la parte superior nos asombró el bello circo de Ligüerri,
donde habitan varios tipos de aves rapaces.
Para regresar tenemos dos formas, rapelar por el barranco o descender
caminando por un balcón natural a los pies de los Mallos de Ligüerri, eligiendo
nosotros esta segunda opción. El camino
se encuentra en gran parte equipado, y en apenas media hora nos conducirá al
coche sin apenas complicaciones, llevándonos el recorrido completo de la ferrata y el retorno 1 hora y 45 minutos.
Una vez en el coche buscamos una buena sombra en un parque cercano, dado que
el día era bastante caluroso. Recuperamos fuerzas con unos buenos bocadillos y
de postre una empanada de manzana que habíamos comprado en una panadería de
camino. Después de la comida pronto a la
furgoneta, de vuelta a casa, pues teníamos 5 horas por delante de viaje y la sensación de
que se había pasado demasiado rápido el fin de semana.
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