Comenzamos a andar hacia el refugio, llevándonos una grata sorpresa al encontrarnos a Lolo en el lugar. El día anterior no había podido acompañarnos, así que como sabía que andaríamos por Ario se acerco para pasar un rato con nosotros.
Cargamos agua en la fuente y emprendemos el camino hacia el Jultayu, dejando escondida la mochila en un jou cerca del Collado las Cruces para así afrontar más ligeros la ascensión al Jultayu (1.940 m) cuya cima alcanzamos sin dificultad. Las vistas son muy buenas, destacando la localidad de Caín, situada muchos metros más abajo.
Pasamos un buen rato en la cima, antes de retomar la marcha descendiendo sobre la arista cimera que va al Pico Cuvicente, haciendo una parada en el camino para visitar el juraco, desde donde las vistas de Caín son impresionantes.
Llegamos al collado que separa ambas montañas, ganando altura decididamente hacia la cumbre, teniendo que superar una fácil trepada para alcanzar la cima del Pico Cuvicente (2.014 m).
Disfrutamos de las vistas e incluso algunos se echan un buen baile en la cima, antes de emprender juntos la bajada hacia el Jou del Jultayu, en donde Lolo se despide de nosotros, continuando nuestro camino hasta el Collado las Cruces en donde teníamos la mochila.
Realizamos una parada para mentalizarnos de que tenemos que volver a coger la mochila, y emprendemos la fuerte y decidida bajada de la Canal de Trea, que ya conocíamos de subida, pero que nos sorprendió por lo dura que es.
Dejamos atrás el curioso Huerto del Rey, la cueva de Cuarroble, y vamos alcanzando las laderas cada vez más suaves de la canal, entrando en el bosque que preside la parte final de la jodida Canal de Trea, en la que Alicia lo paso mal al "fallarle las rodillas".
Comemos algo antes de comenzar con la parte final de nuestra jornada, ahora nos toca caminar entre el gentío por la Ruta del Cares, conociendo el nuevo puente que realizaron tras el desprendimiento que hubo hace algunos meses.
Superamos Los Collados, y en la bajada a Poncebos tomamos un desvío a mano izquierda que nos lleva de nuevo a la altura del canal. Lo superamos y subimos por una pequeña canal hasta un collado desde donde ya damos vista al pueblo de Camarmeña, en donde damos por concluido este interesante pero duro circuito por el Macizo Occidental.
Antes de regresar a casa hacemos una visita a un bar del pueblo, en donde poder recuperar líquidos y tener una larga y amena charla con el dueño, contándonos un buen puñado de anécdotas e historias que pusieron el broche de oro a un buen fin de semana.
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