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Una vez estamos todos reunidos nos vamos hasta Fresneda, y unos 300 metros superado el fin del pueblo nos encontramos una desviación a la derecha con un tramo de la antigua carretera y el comienzo de una pista. Aquí dejamos los coches, nos cambiamos y Alfredo nos sube a los 5 barranquistas, más a David, que será el que baje la furgoneta, por la pista en buen estado durante unos 3 Km, hasta encontrar una desviación descendente a la izquierda situada antes de una cabaña. Ya solo nos queda seguir la pista descendente que en apenas diez minutos nos deja en el cauce del río.
El barranco, de caudal abundante durante todo el año, comienza con algún resalte y una zona de toboganes que patina mucho, hasta llegar al primer rapel de unos 7 metros. Algún resalte más y nos encontramos con el segundo rapel arrampado de aproximadamente 10 metros y a continuación el primero de los rapeles largos de 30 metros aproximadamente. En este rapel la cabezera esta situada bastante atrás (8 o 10 metros) con lo cual tendremos que llevar dos cuerdas de 40 metros para no tener ningún problema.
Continuamos por una zona de resaltes en la que nos encontramos con un pequeño tobogán, y una pequeña cascada no equipada de unos cuatro metros (se puede bajar haciendo tobogán por la derecha con mucho cuidado), hasta llegar al segundo de los rapeles largos (30 metros aproximadamente). Tanto en este rapel como en el otro de 30 metros hay que tener mucho cuidado de no estar debajo cuando baje algún compañero, pues hay piedras sueltas. En nuestro caso vimos como caían un par de ellas de un tamaño considerable.
Tras superar esta bonita cascada tenemos una larga zona de pateada, en donde nos encontraremos con resaltes y algún pequeño salto hasta llegar a la parte final y mas bonita del barranco, dos rapeles encadenados (aproximadamente 10 metros cada uno) con una marmita intermedia y la confluencia en la base con otra cascada por la izquierda. Estos dos rapeles se pueden bajar de una sola tirada o con una reunión intermedia que hay a la derecha.
Al echar un vistazo Alfredo a la cascada de la izquierda nos topamos con un ejemplar joven de culebra de collar, aunque nosotros pensábamos en un primer momento que era una víbora.
Ya tan solo nos queda seguir por el cauce unos cientos de metros y bien coger un sendero a la derecha bastante cerrado por los helechos (como hicimos nosotros, hasta encontrar a nuestros compañeros que estaban dándose un baño y echando una siesta con ¡hamaca incluida!) o bien continuar por el cauce hasta encontrar restos de un antiguo camino a la izquierda, que en unos minutos nos deja en el lugar donde tenemos el coche.
Al final nos ha llevado descender el barranco, con un total de 6 rapeles, unas 2 horas y cuarto, y ahora sí, después de cambiarnos y despedirnos de nuestros amigos, ha llegado el momento de volver a casa y descansar algo.
Buena crónica, un saludo
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