Hacia tiempo que habíamos planeado este viaje al Pirineo Central Aragones, y como el jueves 28 de julio era festivo en Cantabria, aprovechamos para ir a pasar el fin de semana, conocer los barrancos de la zona del Valle de Hecho y de paso hacer una visita a Iván que estaba currando en un campamento en la Selva de Oza. Así pues, quedamos el miércoles a las 6 de la tarde en Astillero para iniciar el viaje. Allí nos presentamos Alicia, Jesús y yo muy ilusionados con el viaje, aunque un poco decepcionados porque David se quedaba en casa al haber sufrido un accidente de tráfico unos días antes. Os deseamos una pronta recuperación a él y a Azu, que también estaba en el accidente.
Una vez en marcha hacia el camping donde nos alojaríamos, nos ponemos en contacto con Oscar y Naghy, que ya llevaban unos días por la zona, comunicándoles la hora de nuestra llegada.
Cuando llegamos a Hecho son algo más de las 10 de la noche, nos preparamos algo de cena y estamos un largo rato de sobremesa con nuestros compañeros, planeando cual sería el plan para el día siguiente. Al final decidimos que acompañaríamos a Iván al barranco de Siresa, donde iba a llevar a un grupo de chicas de La Rioja.
Al día siguiente quedamos a las 10 de la mañana en el pueblo de Siresa, en donde dejamos el primer vehículo, esperamos a que llegará Iván (esta vez tan solo se retraso unos 15 minutos), y con la furgo de la empresa cuatro gatos, nos encaminamos al comienzo del barranco. Una vez cambiados, y hechas las presentaciones, en tan solo unos 5 minutos estamos en el cauce del barranco, comprobando que el caudal era mínimo, como ya nos había comentado Oscar, aunque se podrían realizar todos los toboganes.
Un pequeño salto para tomar contacto con el agua, un pequeño tobogán, y así llegamos al primer rapel, en el cual Iván descolgaba a las chicas. Posteriormente mas saltos, un rapel de 12 metros, en donde aprendieron a rapelar y mas obstáculos que las barranquistas solventaron con soltura, hasta llegar al rapel más bonito,una cascada de 17 metros de altura, y en la cual hacían un tobogán hacia mitad de la cascada muy espectacular. Los mas mayores, excepto Jesús, preferimos rapelar. Algún que otro tobogán más y ya estamos en el final del barranco. |
El barranco es divertido, y sobretodo si es la primera vez que realizas uno, como era el caso de las 10 chicas Riojanas, que se lo pasaron de lo lindo, saltando y haciendo toboganes hasta aburrirse, o más bien hasta que les mandábamos continuar. Una vez realizado el último tobogán, tan solo nos queda andar por el cauce del río hasta ver un camino a la derecha, el cual en poco tiempo nos deja en la carretera, a unos cientos de metros de donde estaba el primer coche. En resumen, barranco típico de empresa de aventura, que con más caudal hubiera ganado mucho, aunque nos gusto, y nos lo pasamos muy bien, sobretodo gracias a la compañía de las chicas Riojanas.
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