Texto: Alicia
Fotos: Carlos y Alicia
7:30 de la mañana del sábado 24 de noviembre, despertamos, otro día de madrugar después de una semana dura de trabajo. Cuando suena el despertador a las 8:00 estamos todavía remoloneando en la cama. Me levanto, ya que tengo que preparar la costilla y las patatas para la olla ferroviaria que cenaremos todos a la salida de la visita a la Cueva del Rescaño, para celebrar mi cumpleaños en el bar de Chema. La visita la realizamos para recoger alguna cuerda dispersa por la cueva y visitar una bella zona.
Quedamos como siempre en Puente San Miguel sobre las 10. Un primer grupo (Pelos, Fonso, Manu y Sergio) ha entrado antes a la cueva para preparar la entrada. En este segundo grupo vamos Marta, Chus, Lolo, Carmen, Carlos, Qura, y yo, quedando con Qura y Lolo en el Gándara, ya que vienen desde Asturias.
Sobre las 11:30 entramos en la mina, llegando en 50 minutos a la tirolina. Esta está muy destensada y nos cuesta pasar a unos más que a otros. Carmen sufre lo suyo para superarla y a Marta también le costo un poquito. Una vez superada la tirolina continuamos superando zonas bellas que hasta hoy no conocíamos. Avanzamos siguiendo el amplio cañón hasta encontrarnos con nuestros compañeros, que nos han colocado una cuerda para poder ver la Sala del Bosque de los Enanos.
Después de visitar esta bella sala y de comer, regresamos por la cuerda, teniendo algún que otro problemilla. Lolo hace de peluquero de guardia sacando la navaja y cortando el pelo a Marta, que se le había enredado en el descensor cuando estaba a escasos metros del suelo (menos mal).
Salimos poco a poco hacia el exterior. Fonso y Lolo nos dejan nada más salir, pues han quedado, mientras Chus, Carlos y yo nos vamos rapidamente al bar de Chema en Bustablado, en donde nos esperan Mónica y Jara.
Chus y yo nos ponemos a preparar la olla ferroviaria, facilitándonos Chema todo lo que nos hiciese falta. Poco a poco va llegando el resto de compañeros al bar para dar buena cuenta del guiso, acompañado de birras y vino- motxos made in Chema y de postre unas ricas quesadas. Por cierto, la olla fue un gran éxito para ser la primera que preparaba.
La noche se va alargando y la gente se va marchando poco a poco, mientras los más valientes aguantan hasta las 5 de la mañana entre canción y canción.
que bien lo pasamos!!!!!
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