6 de la mañana del 8 de septiembre. Suena el despertador y lentamente nos vamos levantando de nuestras literas. Hoy vamos a descender el que quizás sea el barranco más emblemático de la Sierra de Guara, el Gorgas Negras. Nuestras caras muestran cansancio después del largo viaje desde Cantabria y al parecer ningún miembro de esta salida ha podido dormir bien. Quizás fuese por el calor que hacía en la minúscula habitación o tal vez porque nos fuimos a la cama después de meternos una buena cena con todo lo que habíamos preparado en nuestros hogares, tortilla, empanada, filetes rebozados, huevos rellenos, quesada, etc, en fin una cena ligera. Desayunamos y después de preparar todo el material salimos del camping El Puente dirección Rodellar, situado a un par de kilómetros de dicho camping, aparcando en el aparcamiento habilitado a la entrada del pueblo, cosa bastante importante como más tarde veríamos.
Sobre las 7:15 de la mañana comenzábamos a caminar Carmen, Jesús, Fonso, Alicia y yo en dirección al pueblo. Tras cruzar el barranquito que divide los dos barrios del pueblo cogemos el Camino d'as Graderas que desciende al cauce del Mascún. Seguimos río arriba y después de pasar junto a la surgencia del Mascún a los pocos metros nos encontramos con un cruce señalizado que nos manda a la izquierda, comenzando a subir por la Garganta Baja. Esta es la parte más dura del recorrido, aunque caminando entre arbustos y como todavía lorenzo no pega con fuerza se hace bastante llevadera. Llegamos a la parte superior de la canal, dando vista a los antiguos campos de labranza denominados llanos de Seral. Aquí realizamos una parada para beber algo y descansar antes de continuar hacia la derecha en ligero ascenso a través de la Garganta Alta. El camino es muy agradable y llevadero, y eso que vamos con las mochilas a reventar con el equipo y un par de botellas de agua cada uno. Salimos a una zona mas abierta en la que la pista gira a la izquierda, justo al llegar al dolmen de la Losa Mora, al que hacemos una visita.
Emprendemos de nuevo la marcha para dirigirnos llaneando al abandonado pueblo de Nasarre, aunque posee una bonita iglesia restaurada (San Andrés) a la que echamos una mirada, aprovechando la parada para tomar alguna de las muchas barritas energéticas que llevo la "güela" Carmen.
Continuamos por la pista que bordea el pueblo por el norte, para más adelante comenzar un empinado descenso y luego un desvío a la izquierda que nos llevó siguiendo hitos (aunque por momentos creíamos que nos habíamos equivocado) al cauce del río Alcanadre. Ya tan solo nos quedaba seguir río abajo hasta llegar al lugar en donde nos cambiamos para comenzar el descenso, habiéndonos llevado toda la aproximación unas 3 horas.
Comenzamos el descenso con un desfiladero sombrío en el que nos encontramos multitud de marmitas y resaltes, encontrando también la primera instalación para rapelar, aunque como la poza de recepción tenía agua suficiente decidimos saltar.
Más adelante nos encontramos un primer caos de bloques dentro del mismo desfiladero, que poco a poco se va abriendo hasta llegar a los Bozos de Lañas, una zona de grandes bloques de piedra que superamos por donde mejor podíamos.
Superado el gran caos llegamos a la zona de las cascadas, pero ¡ sorpresa !, el agua de las marmitas se filtra haciendo imposible cualquier tipo de salto. Así que no queda más remedio que rapelar, haciéndolo por entre unos bloques que nos dejan en la parte inferior de la cascada. A continuación esta la siguiente cascada y el aspecto de la marmita de recepción es aún más desolador. Tan solo una pequeña charca en su base, así que volvemos a montar un rápel de unos 8 metros.
Un poco más adelante nos encontramos con la siguiente y más larga cascada del descenso montando el rápel por la derecha (unos 15 metros). En su base corre un hilo de agua que forma alguna pequeña charca, pero no lo suficientemente profunda para saltar, como pretendían hacer el grupo que nos cogió en ese punto del descenso. Fonso se puso en plan padrazo y saltando a la pequeña charca los convenció para que no saltasen.
Superada la zona de las cascadas el agua volvió a aparecer, y de que manera, como en Fuente Fría en donde el agua surge a unos 8º grados centígrados. Superamos la gélida charca en donde brota la fuente y hacemos una parada para comer algo y recuperar fuerzas. A partir de este punto el agua nos acompaña en todo el descenso, unas veces superando largas badinas, otras en zonas estrechas, caos de bloques, y algún que otro salto, como el de la zona de Os Ganchos que hacen el descenso entretenido.
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Mas tarde badinas, badinas y más badinas dentro de un paisaje espectacular, hasta llegar al final del barranco Gorgas Negras en la zona de Chasa, amplia zona de río en donde comienza el descenso del Barrasil. Justo antes de llegar a esta zona Fonso empieza a tener dolores en un abductor, pero afortunadamente en mi bote estanco llevo nolotil que le alivió en parte el dolor. Nos planteamos la retirada por este motivo y también porque el buen tiempo que nos acompañaba durante todo el día se iba estropeando rapidamente, oyendo una tormenta que se acercaba hacia nosotros. Pero es que si nos salíamos del barranco tardaríamos una hora y media, y si seguíamos por Barrasil sería poco más. Al final decidimos seguir por el cauce, y la verdad es que fue todo un acierto.
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Lo primero que nos encontramos en el descenso del Barrasil es el Bocazal d'os Gatos, gran caos de rocas que superamos por donde mejor podíamos, evitando en todo lo posible el caminar por el agua y así hacer el descenso más rápido. Justo al acabar esta zona la lluvia hizo apto de presencia, acompañándonos durante el resto del descenso.
Salvo algunas zonas estrechas en las que el contacto con el agua era inevitable, caminábamos por un sendero muy marcado que va por las orillas. Nos encontramos con unos escaladores en el sector paraíso, y más adelante las barcas que utilizaron para atravesar la larga, muy larga badina del Ajuntadero (garganta inundada en donde desemboca el barranco de Mascún). Alguna de las barcas que encontramos al superar esta badina era bastante curiosa.
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Unos cuantos metros más y por fin damos vista al Puente Pedruel, en donde damos por finalizada esta larga jornada de barrancos, después de 11 horas de actividad, de las cuales 3 horas fueron de aproximación, 6 del descenso del Gorgas Negras y 2 del Barrasil. Andamos los escasos metros que nos separaban del camping bajo la lluvia que no cesaba, pero aún nos quedaba el ir a buscar el vehículo a Rodellar. Alicia decidió ir a recogerlo caminando sin quitarse el neopreno, mientras los demás nos cambiábamos y nos dábamos una merecida ducha. A su vuelta nos comentó que había visto a dos vehículos que habían sido desvalijados, los dos mismos coches que vimos por la mañana aparcados en la cuneta, mientras sus dueños desayunaban. Afortunadamente nuestra furgoneta estaba intacta. Más tarde cuando decidimos ir a dar un paseo por Rodellar, vimos como la benemérita estaba haciéndoles el informe. La verdad es que se ensañaron con los vehículos, pues tenían todas las ventanillas rotas y habían tirado muchas de sus pertenencias por el suelo.
Cenamos un par de pizzas en un restaurante del pueblo y charlamos con el dueño un largo rato, comentándonos que más tarde habría una fiesta en el Kalandraka, pero no convencí a nadie para acompañarme a ella, cosa que casi agradecí, pues lo único que queríamos era pillar la cama y meternos un buena sobada.