El pasado fin de semana, dio comienzo el 25 Curso de iniciación a la espeleología impartido por el Speleo Club Cantabro. El viernes por la tarde fue la primera clase teórica, para al día siguiente quedar en las instalaciones que la Federación Cántabra de Espeleología posee en las Canteras Bilbao (Escobedo de Camargo), en donde se realizaron las prácticas de verticales durante toda la jornada. El día fue un poco nublado, pero disfrutamos de una buena temperatura, que acompañado del buen ambiente que hubo durante toda la jornada, hizo que pasásemos un buen día. Ademas la benjamina del grupo (Belén), continua con su aprendizaje, demostrando que tiene buenas maneras.
El fin de semana que viene habrá nueva clase teórica y la primera visita a una cavidad cántabra.
Presentación
Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.
lunes, 27 de febrero de 2012
jueves, 16 de febrero de 2012
Praderas de Ruyemas y Hayedo del Monte Las Garmas
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Llegamos a la Vega de Pas y en la plaza del pueblo cogemos la carretera que se dirige hacia el Barrio de Pandillo. Aparcamos justo en el final de la carretera, junto a un cartel que nos da algo de información sobre la ruta que vamos a realizar. Terminamos de vestirnos y abrigarnos, pues hace un frío intenso, pero las previsiones al final no acertaron y no nieva, e incluso el sol sale de vez en cuando entre las nubes para darnos un poco de calor.
El itinerario que vamos a realizar recorre una de las cuencas del río Pas, más en concreto la de Pandillo, que se sitúa al sur del Cerro de La Vara, situándose al norte la cuenca del Aguasal o Rucabao.
Sobre las doce del mediodía comenzamos a caminar (menudo madrugón), atravesando el puente sobre el río Pandillo, para poco a poco ganar altura.
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La margen derecha del arroyo por la que ascendemos se caracteriza por la enorme proliferación de jóvenes cajigas que están brotando y colonizando el espacio montano. En aproximadamente una hora de marcha llegamos a la pradería de Ruyemas, tras salvar un suave desnivel de unos 200 metros. En este punto las manchas forestales mixtas compuestas de cajigas y hayas alternan con el matorral, brezos y tojos.
Justo a la entrada de la pradera, hago la obra buena del día, pues me encuentro con un pequeño pajarito que tenía su ala atrapada con una zarza. Una vez liberado, continuamos nuestro camino hacia el fondo del valle. Son las 13:00 horas, y en nuestras cabezas ya ronda el pensamiento de meternos un buen cocido montañés en algún restaurante de la zona.
Los pequeños prados delimitados por muros de piedra cuentan con alguna que otra cabaña a la que suelen acompañar uno o varios fresnos, todo ello en torno al discurrir del arroyo, tapizado de un bosque de sauces y avellanos.
Desde este cabañal accedemos, atravesando un prado hasta una caudalosa y sonora cascada (en primavera), pero que en esta ocasión se encuentra parcialmente congelada. Aquí ponemos fin al camino de ida, después de haber hecho unas fotos de grupo para el recuerdo.
Regresamos hasta la pradería de Ruyemas y desde allí cambiamos de ladera y de dirección, ahora hacia el Oeste. Se trata de un sendero que se integra en el magnífico Hayedo del Monte Las Garmas después de cruzar el arroyo. Tras tener algún pequeño despiste nos adentramos en el bosque por un sendero ascendente. En un principio, la mancha forestal se compone de hayas y cajigas, pero poco a poco las hayas van ganándole el terreno a los robles. En este bosque nos encontramos con un corzo que sale corriendo al oír nuestra presencia y velozmente gana la parte alta del hayedo. En nuestros comentarios cada vez suena más las palabras "cocido montañés".
Llegamos a la parte alta del Monte Las Garmas, y de aquí al final de la ruta, solo nos queda descender vertiginosamente por una pista hasta salir del bosque en el barrio de Pandillo, en el mismo punto de inicio.
Son casi las 15: 30 horas, y nos dirigimos a toda velocidad hasta la Vega de Pas, más en concreto a Casa Frutos, para poner fin a esta jornada, hablando sobre la fácil y bonita ruta que hemos realizado y por fin poder meternos un buen cocido montañés, o por lo menos algún afortunado (gracias por vuestra amabilidad) pues solo quedaba ración para uno, aunque los demás también fueron bien servidos.
Justo a la entrada de la pradera, hago la obra buena del día, pues me encuentro con un pequeño pajarito que tenía su ala atrapada con una zarza. Una vez liberado, continuamos nuestro camino hacia el fondo del valle. Son las 13:00 horas, y en nuestras cabezas ya ronda el pensamiento de meternos un buen cocido montañés en algún restaurante de la zona.
Los pequeños prados delimitados por muros de piedra cuentan con alguna que otra cabaña a la que suelen acompañar uno o varios fresnos, todo ello en torno al discurrir del arroyo, tapizado de un bosque de sauces y avellanos.
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Llegamos a la parte alta del Monte Las Garmas, y de aquí al final de la ruta, solo nos queda descender vertiginosamente por una pista hasta salir del bosque en el barrio de Pandillo, en el mismo punto de inicio.
Son casi las 15: 30 horas, y nos dirigimos a toda velocidad hasta la Vega de Pas, más en concreto a Casa Frutos, para poner fin a esta jornada, hablando sobre la fácil y bonita ruta que hemos realizado y por fin poder meternos un buen cocido montañés, o por lo menos algún afortunado (gracias por vuestra amabilidad) pues solo quedaba ración para uno, aunque los demás también fueron bien servidos.
miércoles, 15 de febrero de 2012
Sima de la Mina Lobeto
Fotos de Carlos, Alicia y Jesús
Después de la asamblea del viernes en el club, en la que se formo la nueva junta directiva y se tomaron algunas decisiones importantes para el buen funcionamiento del club, no sabíamos todavía que hacer al día siguiente. Preguntamos si alguno tenía algún plan, pero la gran mayoría tenia otras ocupaciones. El único que mostró algo de interés en hacer algo fue Jesús, así que quedamos en llamarnos el sábado por la mañana y ver hacia donde caminábamos. Oscar y Naghy también se interesaron, pero se iban de viaje y veían muy difícil el poder hacer algo.
La mañana del sábado hacía buen tiempo, algo de frío, pero soportable. Nos llama Jesús y decidimos irnos de cueva, más en concreto a la Sima de la Mina Lobeto. Quedamos a las 12:00 horas en Puente San Miguel con él. Oscar y Naghy al final no van a poder venir.
Tomamos la carretera dirección Puente Nansa y en Puente el Arrudo cogemos el desvío hacia Cabanzón, para a los pocos kilómetros desviarnos hacia Otero. Allí mismo sale una pista por la que seguimos varios centenares de metros hasta que se pone intransitable para los vehículos, justo al lado de una caseta.
Son las 13:00 horas y decidimos ponernos a papear antes de entrar en la cueva. En esta ocasión vamos a probar las dotes culinarias de Chus, que como ha tenido bastante tiempo por la mañana nos ha preparado una tortilla española, por cierto, que aprobó con buena nota.
Terminamos de cambiarnos y continuamos por la pista, ahora andando y en apenas 20 minutos estamos en la boca de entrada, una galería de mina horizontal. Caminamos por ella descubriendo todos sus recovecos y observando que alguien ha estado picando en las paredes para sacar algún mineral, situación esta que no observamos en nuestra anterior visita. Volvemos sobre nuestros pasos y nos introducimos en la cueva natural a través de un pequeño agujero situado en un lateral de la galería minera, alcanzando el curso activo de un pequeño río. Continuamos descubriendo pequeñas salas fósiles, alguna de ellas muy concrecionadas que hacen que la visita sea realmente agradable. A Chus, que no conoce la cueva, le está gustando bastante, y eso que todavía queda el plato fuerte, ver la pequeña sala en donde se encuentran las tintadas azules.
La cueva tiene zonas activas que se intercalan con otras fósiles, para evitar los varios sifones que hay en el curso del río. Después de superar una gatera (no es obligatoria), llegamos a otra pequeña sala en donde ya empiezan a aparecer las tintadas azules, formadas por el oxido de cobre. Disfrutamos viendo la hermosa colada que hay en este lugar, antes de seguir hacia el final de la cueva.
Realizamos alguna trepada y en poco tiempo estamos en la sala donde se encuentran las estalactitas de color azulado, bueno más bien esta Chus que nos ha dejado por el camino, y cuando llegamos a su altura ya esta disfrutando del espectáculo. Dedicamos mucho tiempo para hacer fotos, muchas salen mal, otras mejor, pero no importa, no tenemos ninguna prisa en marcharnos de tan bello lugar.
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La mañana del sábado hacía buen tiempo, algo de frío, pero soportable. Nos llama Jesús y decidimos irnos de cueva, más en concreto a la Sima de la Mina Lobeto. Quedamos a las 12:00 horas en Puente San Miguel con él. Oscar y Naghy al final no van a poder venir.
Tomamos la carretera dirección Puente Nansa y en Puente el Arrudo cogemos el desvío hacia Cabanzón, para a los pocos kilómetros desviarnos hacia Otero. Allí mismo sale una pista por la que seguimos varios centenares de metros hasta que se pone intransitable para los vehículos, justo al lado de una caseta.
Son las 13:00 horas y decidimos ponernos a papear antes de entrar en la cueva. En esta ocasión vamos a probar las dotes culinarias de Chus, que como ha tenido bastante tiempo por la mañana nos ha preparado una tortilla española, por cierto, que aprobó con buena nota.
Terminamos de cambiarnos y continuamos por la pista, ahora andando y en apenas 20 minutos estamos en la boca de entrada, una galería de mina horizontal. Caminamos por ella descubriendo todos sus recovecos y observando que alguien ha estado picando en las paredes para sacar algún mineral, situación esta que no observamos en nuestra anterior visita. Volvemos sobre nuestros pasos y nos introducimos en la cueva natural a través de un pequeño agujero situado en un lateral de la galería minera, alcanzando el curso activo de un pequeño río. Continuamos descubriendo pequeñas salas fósiles, alguna de ellas muy concrecionadas que hacen que la visita sea realmente agradable. A Chus, que no conoce la cueva, le está gustando bastante, y eso que todavía queda el plato fuerte, ver la pequeña sala en donde se encuentran las tintadas azules.
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Después de pasar un buen rato en esta sala, llega el momento de ir saliendo hacia el exterior, pero por el camino decidimos ir a conocer las otras dos entradas naturales a la cueva. Primero vamos hasta la sima Lobeto III, por un meandro activo en el que vemos varios murciélagos que nos sorprenden por su tamaño, suponemos que sean hembras que llevan una cría dentro. Llegamos a la sima, de unos 15 metros. Esta tiene un gran roble en su boca y por ella entra uno de los aportes de agua a la cueva. Continuamos hasta el exterior, para ir a visitar la boca de Lobeto II. A ella se accede desde la galería minera, haciendo una pequeña trepada, y se caracteriza por tener un gran arco de roca y una altura de unos 15 metros.
Son casi las 18:30 horas y damos por acaba esta visita a la Sima de la Mina Lobeto. Nos marchamos con muy buen sabor de boca para casa, y no lo digo por el pedazo de pincho de tortilla que nos metimos al llegar de nuevo a la furgoneta.
jueves, 9 de febrero de 2012
Temporal en Barcena Mayor
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El viernes me acerque al club a devolver unas
cuerdas del curso de espeleo socorro que había tenido que limpiar, allí me
encontré con Ali y me comento que querían hacer algo este finde, para mi el
sábado era imposible, así que quedamos en llamarnos. El sábado fue un día muy frio, no paro de nevar por toda la región, tendría que
estar el monte precioso. Sobre las 20:00, recibimos la llamada de Alicia, ¿Cómo
quedamos?. La pregunte por la previsión meteorológica y su repuesta fue, “siempre
se equivocan”, total que quedamos el domingo a las 9:15 en Puente San Miguel,
nuestra base de operaciones.
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El Domingo nos costó madrugar, el despertador sonó a las 8:00 pero la sabanas
se nos pegaron un buen rato, sentimos frio y humedad, sensaciones que nos iban
a acompañar a lo largo del día.
Como un buen reloj ingles a las 9:15 estábamos en el punto de encuentro,
enseguida llegaron Carlos, Ali y Belen, el día no podía estar peor, lluvia,
frio y viento, pero nosotros ahí al pie del cañón. Nos montamos en el coche de
Carlos sin aun definir destino, los que más sonaron, Ason, Reinosa,
Palencia…
Bárcena Mayor fue el destino elegido, principalmente por su cercanía. Como era
muy pronto Carlos empezó a subir el puerto de Palombera, todavía quedaba nieve,
aunque con la que estaba cayendo poco iba a durar. Paramos en el cañon de
Palombera, un barranco que había realizado Carlos antes de que estuviera
prohibido, sacamos unas fotos al último rapel, “El Pozo del Amo” y continuamos
subiendo el puerto hasta que la carretera se puso un poco fea y decidimos
retroceder e irnos acercando a Barcena Mayor a tomar algo.
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El pueblo estaba muy bonito, todos los tejados nevados, pero la lluvia no nos
daba ni un descanso y lo único que podíamos hacer era correr de bar en bar, al
tercero decidimos que ya era hora de comer algo, no nos lo habíamos ganado,
pero apetecía algo caliente. En el Restaurante “El Puente” nos pusieron unas
buenas alubias por 10 Euros, además comimos junto a un mirador donde se podía
observar la violencia con la que bajaba el río, no paraba de crecer y crecer
por momentos.
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Aprovechamos que nada más comer, la lluvia nos dio un respiro, nos dimos un
paseo junto al cauce del río dado que era impresionante su violencia, pero enseguida
volvió a llover con fuerza, y tuvimos que regresar el coche.
En el camino de
vuelta, nos topamos con numerosas cascadas, recordamos que la temporada de barrancos
andaba cerca. Continuamos de camino a casa y vimos varios desprendimientos. A
la altura de cabezón, el rio Saja ya se había desbordado, en definitiva, “un
gran día para hacer un poquito de senderismo”.
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jueves, 2 de febrero de 2012
Exploración en el karst de Udias
Crónica de Sergio R. Fotos de Carlos y Alicia
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21 de enero de 2012
Quedamos a las 9:30 en Mompía una hora y media antes que el sábado anterior...la exploración que tenemos entre manos parece que engancha más de lo esperado. Se habían apeado del carro Jara y Manu por temas varios. Esta vez el grupo lo formábamos Ali, Carlos, Fonso, Nano (nueva incorporación), Pelos y yo. La idea era buscar un acceso a la cueva a través de un pozo en el interior de la mina que creíamos cerca de la entrada y que nos ahorraría mucho tiempo para acceder a las puntas de exploración y el otro trabajo del día era continuar explorando donde lo dejamos la semana anterior. Después de reunirnos en Puente San Miguel nos fuimos directos a Udías.
Pasadas las diez y media estábamos trotando por la galería minera camino de la zona donde creíamos que se encontraba el pozo, muy seguros de que íbamos a llegar a el directamente sin más problema. Dejamos las sacas y nos dispersamos buscando por todas las galerías, pequeños soplaos etc. Media hora y nada, una hora y nada, vuelta al mismo sitio y a empezar de nuevo, otra hora y nada...la desesperación empezaba a adueñarse de nosotros. ¿Como era posible no encontrar una galería y un pozo de grandes dimensiones claramente reflejado en un plano minero? estábamos desconcertados. Algo positivo fue el conocer zonas de la mina muy llamativas y algún que otro soplao con bonitas formaciones. Tras dos horas infructuosas corriendo por la mina, decidimos arrastrar nuestros sucios y sudorosos cuerpos hacia la cueva para continuar avanzando en la punta de exploración.
El acceso hasta la zona es ciertamente cómoda hasta un punto, pero a partir de este comienzan las subidas bajadas, estrecheces y zonas barrosas. Llegamos a nuestro destino en primer lugar Pelos y yo, y nos dispusimos a comer mientras iban llegando a cuentagotas el resto de la gente. El primer trabajo fue instalar un pasamanos aéreo a través de un espectacular desfonde. Pelos se puso con ello, y después de un buen rato sufriendo llegó a la continuación de la galería. Pase seguido y avanzamos por una zona muy concrecionada y con bonitas formaciones, después de unos 50 m otro desfonde nos corta el paso aunque al otro lado pudimos divisar la continuación. En este momento me puse a instalar el pasamanos sobre una repisa que dio acceso a la continuación de la galería.
Después de montar la cuerda, todo el grupo accedimos poco a poco y nos dimos cuenta que lo que teníamos entre manos era potente. Avanzamos unos cuantos metros por una galería de grandes dimensiones hasta un lugar en el que nos cortaba el paso un estrecho laminador. Retrocedemos sobre nuestros andares y encontramos un acceso através de una terraza colgada. Trepando por una precaria tapia llegamos al balcón, por el que instalando un pasamanos en natural accedemos a una zona que se encuentra después del laminador, una sala que a partir de ahora denominaremos "Sala de los Ensueños". Es una zona muy concrecionada, con abundancia de espeleotemas y agua, repartida en dos pisos transitables. Después de revisar todo lo que pudimos, retrocedimos con la intención de regresar al finde siguiente.
28 de enero de 2012
Después de una semana pensando enfermizamente en la espeleo, en la cueva, en la exploración... de leer y releer memorias y monográficos, de estudiar concienzudamente los planos, el viernes por la noche comenzábamos cargando las baterías de esta forma:
Nos recogemos pronto para madrugar al día siguiente. A las 9 de la mañana en Mompía me esperaban Antonio, Pelos y Jara. Seguido nos reunimos en puente San Miguel con Papu, Matías y Fonso. Sin estarnos mucho nos fuimos para Udías y nos preparamos bastante rápido. Lo primero que queríamos hacer en el día era topografiar todo lo que nos quedaba, que era mucho, así que nos repartimos en dos grupos para hacer cada uno la mitad del recorrido que teníamos pendiente. El hecho de que fueramos 9 personas para explorar (auténtica locula) había que rentabilizarlo de la mejor forma posible, y esa era currando todos.
Primer problema de la mañana, un equipo de topo no funciona bien (lo de siempre) el disto no mide y no se lee la puñetera escala del clino (vamos a tener que invertir en este tipo de material...a ver si empiezan a acordarse de nosotros que últimamente nos tienen un poco abandonados). Nos quedamos haciendo la topo tres personas, mientras el resto se dirige a revisar varias cosas en una galería, donde nos reuniremos después de que terminemos la tediosa y cansina medición.
Llegando al punto de reunión aparecen entre la oscuridad de la caverna Ali (a full como siempre) y Carlos con la lengua fuera para unirse al concurrido grupo. Los que estábamos metidos haciendo la topo continuamos con el curro, esta vez balizando la zona por la que pasábamos con dos hilos que delimitan el camino por el que hay que andar y de esta forma evitar un deterioro innecesario de la cueva, más contando que somos 9 cazurros. Poco a poco fuimos llegando a donde lo dejamos el día anterior, y observamos un pequeño paso por el que se podía acceder a la "Sala de los Ensueños". Forzaron el Paso Antonio y Jara, mientras Pelos y yo subimos por la parte alta desinstalando la cuerda.
Cuando pudieron pasar vieron lo que nosotros divisamos la semana anterior. El caos, nerviosismo y descontrol se apoderó de todos por un momento. !!NO PASÉIS!! , hay que topografiar y balizar primero, esputamos en varias ocasiones para controlar la avalancha.... costó pero finalmente surtió efecto.
Podemos decir que ha merecido la pena y lo resumimos de esta forma. + 400 m.
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