El martes día 3 de Abril, después de salir de currar y terminar de preparar los trastos (anda que no llevamos material) pasamos Ali y yo a buscar a Fonso por su casa. La furgoneta se va llenando de material, ropa, comida, etc, y nos planteamos si nos va a entrar el resto de cosas de los compañeros que faltan de recoger. Nos vamos hasta Maliaño, en donde cogemos a Paula a la salida de uno de sus curros, menos mal que su material ya estaba con el de Fonso, y más tarde nos dirigimos hasta Ojaiz, en donde nos esperan Chus y Mónica. Metemos las maletas como podemos en la furgoneta, y a eso de las 18:00 horas emprendemos por fin el viaje. Llamamos a David y Azu para ver donde se encuentran, pues ellos han salido unas horas antes, al igual que Oscar y Naghy que también habían salido por la mañana. En total somos 10 miembros del club los que vamos a Cáceres con intención de hacer unos cuantos barrancos, algo de turismo, senderismo, etc, pero sobre todo de pasárnoslo muy bien.
El viaje se hace bastante rápido y ameno, disfrutando de un tiempo muy inestable, que fue desde la niebla muy intensa que tuvimos en Reinosa, hasta el sol en Palencia, pasando por las varias granizadas y fuertes aguaceros que nos cayeron durante el camino. Hacemos tan solo una parada para cambiar de conductor y estirar un poco las piernas, y aproximadamente sobre las 22:45 horas estamos en el Camping Valle del Jerte, lugar donde nos alojaremos. Saludamos a nuestros compañeros, que ya han localizado el bungalow que nos han reservado, cenamos algo y preparamos el plan para el día siguiente, en que si todo sale bien descenderemos la Garganta de los Papuos y la Garganta de las Nogaleas.
El día amanece triste, con una niebla intensa que apenas deja ver nada, pero no llueve y después de tomar un buen desayuno y preparar todo el material nos vamos hasta el pueblo de Jerte, lugar donde esta el acceso a la Garganta de los Papuos.
Tomamos la pista hormigonada que sube junto a la oficina de turismo y la seguimos hasta un cruce en el que tomamos la pista de la derecha. A los pocos metros cogemos otra pista a al derecha que baja al barranco de los Hoyos, cruzamos el cauce y cuando la pista se empieza a poner mal para nuestras furgonetas, decidimos aparcar en un ensanchamiento que hay justo antes de llegar a la extraña referencia que tenemos para saber que vamos por el buen camino, una lavadora empotrada en un muro.
Continuamos por la pista hasta llegar a una portilla, la superamos y seguimos ascendiendo. Después de un buen rato andando creemos que nos hemos equivocado y hemos dejado algún desvío atrás, así que Ali y yo nos adelantamos para ver si estamos en el buen camino. Tardamos algo en dar con él. Hay que llegar hasta un desvío a la derecha por una pista bastante más abandonada que la que hasta ahora llevábamos. Al poco esta pista se acaba junto a una pequeña fuente. Esperamos la llegada de nuestros compañeros justo en el desvío de la pista principal, y después de hacer un pequeño descanso continuamos el camino. Después de pasar la fuente la pista se convierte en un sendero que faldea la montaña, y ponemos mucha atención en seguir los hitos y no bajar antes del comienzo del barranco. Este está marcado por una placa colocada en un gran bloque redondeado en mitad del cauce. En total la aproximación nos ha llevado 1 hora y 30 minutos.
Terminamos de cambiarnos en medio de una fuerte niebla y comenzamos con el descenso.
Comenzamos con un rápel de 24 metros al que le sigue un pequeño tobogán de 3 metros. El andar por el cauce del río es todo un reto, pues vamos pegando continuamente resbalones, y eso que casi todos llevamos botas especificas de barrancos.
Cuando llegamos al coche nos extraña que no estén allí, pero al cabo de unos minutos aparecen explicándonos que se han desorientado entre tanto cerezo, y que además hay gente que viene muy cansada.
Como resumen decir que la Garganta de los Papuos es un barranco esculpido en duro granito, variado, deportivo y completo, con rápeles, toboganes, saltos,etc, y que junto con la Garganta de la Hoz, fueron los dos barrancos que más me gustaron de todo el viaje.
El tiempo parece que nos está respetando, así que nos proponemos el ir a descender el segundo barranco del día, la Garganta de las Nogaleas, situada en Navaconcejo. Al final el frío y el cansancio echan a gran parte del grupo para atrás, apuntándonos tan solo Alicia, David, Fonso y yo.
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