Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Vía Ferrata Olmo - Soler


                       

Tras tomarnos un descanso al finalizar la ferrata Teletubbies, enlazamos con la Olmo - Soler.
Esta es una vía ferrata muy fácil y entretenida, cuyo principal aliciente son las privilegiadas vistas al pantano de Canelles y a la ermita de la Pertusa, pero que en nuestro caso se vio muy endurecida por el sofocante calor que hacía y el apenas llevar agua en las mochilas.  El recorrido evita los pasos verticales y expuestos y transcurre en su mayor parte por pequeñas canales bien equipadas con cadenas, las cuales estaban ardiendo  por la acción del sol.



La parte más complicada y expuesta es la primera, un tramo equipado con cadenas que nos lleva a la parte frontal del risco, donde la vía gana en vistas y en donde encontramos el final de la Cast - Urquiza - Olmo.


                       

Después de subir varios resaltes a la derecha de la ermita, también equipados con cadenas y algún escalón, llegamos al final de la vía y al libro de visitas, en donde dejamos un comentario en relación al calor que pasamos ese día. En la ermita nos esperaba Carmen, y todos juntos comenzamos el corto descenso hasta el aparcamiento, saliendo pitando hacía algún bar de Corça en donde tomar una buena cerveza con limón y algún litro de agua. También aprovechamos para pedir un poco de menta para condimentar cierta bebida que nos iba a preparar Chus por la noche.
Volvimos al camping, en donde todavía nos dio tiempo a darnos un buen y refrescante baño antes de dirigirnos a un lugar habilitado cercano al camping en donde poder hacer barbacoas. En este momento entro en juego la pericia de Chus y Mónica, que un periquete nos prepararon una jugosa, sabrosa y abundante barbacoa, a la que gentilmente nos había invitado Fonso por ser en unos días su cumpleaños.
Con la tripa bien llena volvimos al camping, en donde preparamos unos buenos mojitos para ayudar a bajar la cena, antes de irnos a descansar después de esta calurosa  jornada.

        

Vía Ferrata Teletubbies


                       

Llegamos al aparcamiento agotados después de habernos quedado sin agua y tras realizar la Urquiza - Olmo y el Barranco de Sarah. Buscamos cualquier sombra para cobijarnos y comenzamos a beber todo lo que encontramos por la furgoneta. Agua, red bull, cerveza bien fría, etc, todo era bueno para recuperar líquidos.
Una vez saciada nuestra sed nos ponemos a picar algo, comentando el siguiente plan del día. Carmen dice que ya ha tenido bastante por hoy, Fonso y Chus optan por ir a darnos un baño en la piscina del camping y Alicia me pasa a mi la papeleta de decidir si hacer o no alguna ferrata más por la zona. Yo tengo dudas, puesto que hace mucho calor y el agua se nos había acabado (aunque teníamos red bull), pero decido hacer un último esfuerzo y realizar la ferrata Teletubbies por su sencillez, dejando la Cast - Urquiza -Olmo que también estaba en nuestros planes para otra ocasión. Al final consigo convencer a Fonso y a Chus para que nos acompañen y no se queden echando la siesta en el coche.
Desde el aparcamiento bajamos  por un sendero que parte al lado de un plafón informativo, buscando unas marcas verdes y blancas que nos indican el camino hacia la vía. Descendemos con altas paredes a nuestra derecha hasta encontrar el inicio de la ferrata Olmo - Soler ( que haríamos de vuelta, aunque mis compañeros no lo sabían). Continuamos descendiendo y el desnivel cada vez es mayor, encontrando alguna cadena que nos ayuda en el descenso, hasta llegar al Pas de la Píula, un paso encajado indicado con un letrero de ferrata.

                       

Superado el paso vemos una cuerda y tres escalones que dejamos atrás, para en breve llegar al comienzo de la vía ferrata Teletubbies.

                       

La bajada la hemos realizado por la sombra, pero ahora el sol nos pegará de lleno durante la ascensión. La Teletubbies es un corto recorrido (tardamos unos 25 minutos en hacerla) y está considerada como fácil, ideal para iniciación, aunque a nosotros nos causo muy buena impresión.


Desde la vía disfrutas de las vistas del Pantano de Canelles y su recorrido esta equipado con gran variedad de elementos como escalones, cadenas, una escalera y divertidas presas artificiales que nos permiten superar una cresta que se va estrechando hasta llegar al inicio de la ferrata Olmo - Soler.

                       

En el comienzo de la Olmo - Soler hacemos un descanso a la sombra de un pequeño árbol, mientras decidimos si volvemos por el empinado camino de bajada o bien realizamos la subida hasta la ermita de la Pertusa por la vía ferrata. Al final decidimos hacer "otro último esfuerzo" y realizar la subida por la ferrata. Son imaginaciones mías, pero más de uno en aquel momento me hubiera tirado al pantano, jeje.

        

Barranco de Sarah


Después de finalizar la ferrata Urquiza - Olmo, el camino de regreso nos llevó hasta la cabecera del Barranco de Sarah. El descender esta sucesión de circos y canales bellamente escavadas es una muy buena idea, pues si no tienes que dar un largo paseo de regreso hasta el coche. Nos preparamos y comenzamos el descenso destrepando unos resaltes hasta encontrar una placa con el nombre del barranco, justo antes del pasamanos que nos lleva al primer rápel de unos 23 metros. Me pongo a descender el primero y voy bajando con precaución, pues como me esperaba el ocho cogía mucha temperatura, por no hablar de los guantes que se hacían imprescindibles en este descenso seco. Una vez abajo nos vamos turnando para asegurarnos y no tener ningún problema.

                       

A continuación nos encontramos el rápel más largo del descenso, de 26 metros, superando de esta forma la parte más vertical del barranco, en donde pasamos mucho calor por su orientación y porque apenas nos quedaba agua para afrontar la segunda actividad del día.

                       

Como estábamos bastante agotados y desanimados por las altas temperaturas, destrepamos alguno de los siguientes rápeles, realizando tan solo en los que era necesario montar las cuerdas, como el bonito rápel de 19 metros.

                       

Llegamos al final del barranco tras 1 hora y 30 minutos de descenso y atravesamos el barranco de La Pardina, para subir a buscar el sendero que nos llevo por la mañana a la vía ferrata Urquiza - Olmo. Después de unos minutos de perdida e incertidumbre damos con el buen camino. Durante el camino de retorno tan solo pensábamos en una cosa, llegar al coche y poder por fin beber lo que nos pidiera el cuerpo.

        

Vía Ferrata Urquiza - Olmo


Nuestro tercer día de actividades en Lérida lo teníamos reservado para conocer alguna de las vías ferratas existentes por la zona, así que nos desplazamos hasta el pueblo de Ager para una vez superado desviarnos hacia Corçá. En la misma entrada del pueblo tomamos una pista asfaltada muy estrecha que nos lleva a la ermita de la Pertusa, aparcando al final de dicha pista en una pequeña explanada. Cogemos el material y bastante agua para la actividad, pues nos esperaba una larga y calurosa jornada, y vamos en busca de la vía Urquiza - Olmo.
Salimos descendiendo desde el aparcamiento siguiendo las marcas de senderismo, para al cabo de un rato encontrar un desvío a nuestra derecha en donde encontramos un cartel con el nombre de la vía, que nos indicó que íbamos por el buen camino. Encontramos a una pareja con dos niños que nos preguntan por otra ferrata de la zona, pero andan bastante desubicados. De todas formas deciden seguir adelante y realizar la Urquiza - Olmo. Seguimos caminando por un sendero muy marcado hasta llegar al lecho del barranco de La Pardina, en donde muy pronto encontramos los primeros pasos equipados.

                       

Esta vía es de las primeras que se abrieron en Cataluña con una mentalidad deportiva, primera además  de una zona en la que hay gran concentración de ferratas, siendo en estos momentos la menos visitada, debido a su largo descenso y por el ambiente salvaje y alejado por el que transita.
El barranco se va encajonando y después de los primeros resaltes equipados con cadenas, llegamos a la primera pared, la Cascada Silvia, la superamos y nos situamos a cierta altura sobre el barranco.


Mas adelante una cuerda fija nos permite el acceso a la Feixa del ciclista, un tramo de flanqueo que nos lleva a los pies de la Cascada Federica, normalmente seca y facilmente distinguible por sus escalones de colores.


Superamos la cascada avanzando hacia la derecha, hasta llegar a una chimenea que superamos con tendencia a la izquierda y dar por finalizado este corto y decepcionante recorrido de la ferrata.


Todo el grupo, excepto Mónica que se quedo en el camping disfrutando de la piscina y haciendo algún trabajo, coincidimos en que no merece la pena tanta aproximación y tanto camino de vuelta para tan poco tramo de ferrata. Ahora nos quedaba el camino de retorno, que nos llevaba remontando el lecho del barranco, teniendo que superar algún resalte para más tarde pasar junto a la vía ferrata Feliz Navidad, dejándola para otra ocasión, pues esta tiene una pinta bastante difícil. Una vez fuera del barranco seguimos las marcas rojas y blancas que nos llevaron a la cabecera de nuestra siguiente actividad del día, el Barranco de Sarah.

Barranco de L'Infern


                       

El Barranco de L'Infern iba a ser nuestro segundo descenso del día. Nos dirigimos hasta la Pobla de Segur y  desde allí dirección Sort. A unos 6 kilómetros de la Pobla encontramos un área de descanso a la derecha (lugar donde tendríamos que haber dejado el coche) y poco más adelante cogemos una carretera que evita un tunel y se introduce en los estrechos de Collegats. En esta carretera está prohibido el tráfico de vehículos,  hay una gigantesca señal que así lo indica a la entrada, pero no se que cojones íbamos mirando y ninguno nos percatamos de su presencia, siguiendo por ella hasta llegar a la salida del barranco, donde dejamos el coche aparcado en un pequeño aparcamiento a la izquierda.
Volvemos caminando hacia atrás unos 200 metros, en donde hay una sirga de acero que cruza el río Noguera Pallaresa. Como el caudal era bajo, Chus cruzo el río nadando, mientras el resto lo hicimos montando la tirolina.


Una vez estuvimos todos en la otra orilla, comenzamos a subir una fuerte pendiente por una senda, subida esta que nos costo bastante pues el sol pegaba con bastante fuerza. Llegamos al final de esta cuesta y nos encontramos con una pista que en suave descenso nos lleva al cauce del barranco.
Nos encontramos con la primera parte del barranco totalmente seca, realizando el primer rápel sin ponernos el peto. Un largo pasillo nos lleva al rápel mas bonito del descenso, formado por gigantescos bloques empotrados que forman una cueva. En el fondo escuchamos como fluye el agua, así que nos ponemos el peto. Se puede montar la cuerda por varios sitios, pero como en la parte superior no hay agua lo hacemos por donde bajaría  el chorro en caso de llevarlo.

                       

En la base de la cueva nos encontramos con una surgencia a la que echamos un vistazo antes de continuar con el descenso.


 Todavía realizaremos un rápel más en esta sala oscura antes de volver a ver la luz, encontrándonos una larga galería de altas paredes en las que montaremos varios pequeños rápeles mas. En esta preciosa zona me llevo el disgusto del día cuando entra agua en mi carcasa y tengo que dar por acabado el reportaje fotográfico, aunque afortunadamente Chus capturó los últimos metros del descenso.

                       

Llegamos al final del descenso, en la desembocadura al Noguera Pallaresa y vemos como el río ha crecido notablemente (hacen sueltas de agua para realizar rafting) teniendo que volver a subir unos metros de barranco y buscar un sendero que nos lleva a la sirga de acero de salida del barranco. Montamos la tirolina y me lanzo hacia la otra orilla, cogiendo gran velocidad, aunque de repente  freno bruscamente. En principio pienso que me han gastado una broma y me han dejado colgado en mitad del río, viendo como por debajo de mi pasan haciendo rafting, con el consiguiente cachondeo, pero es que el cordino que utilizábamos como freno se hizo un nudo dejándome allí colgado. Desecho el nudo continuo esta la otra orilla sin más contratiempos. Pasan el resto de compañeros con mejor suerte que yo, frenando a Fonso que fue el último en pasar por las bravas, y subimos a la carretera en donde Mónica nos espera junto a la furgoneta. Nos comenta que habían pasado los mossos pero que no la habían dicho nada, aunque unos escaladores en cuanto se percataron de su presencia salieron disparados con el coche.
Nos cambiamos  deprisa y corriendo para desplazarnos hasta Sort,  en donde por escasos minutos antes de que echaran el cierre, conseguimos comprar algún décimo de lotería de navidad que seguro sale premiado este año.

       

martes, 28 de agosto de 2012

Barranco de Gurp



16 de agosto, en nuestro segundo día de aventuras por tierras leridanas íbamos a descender dos barrancos más, siendo el primero de ellos el barranco de Gurp. Salimos de Senterada hacía la Pobla de Segur y desde allí dirección Tremp, aunque antes de llegar a esa población tomamos un desvío a la derecha hacia la población de Talarn y la base militar de suboficiales. Pensábamos que nos iban a pedir la documentación al pasar por la base, pero no fue así. Tan solo nos encontramos con las garitas vacías, no viendo ni a un solo militar. Llegamos al pequeño pueblo de Gurp, lo atravesamos hasta llegar a una amplia explanada en donde dejar los coches. Preparamos las cosas necesarias para el descenso (o eso pensábamos) y el equipo al completo nos dirigimos hacia una gran casa que hay al final del aparcamiento. Junto a la casa hay un cartel indicando la dirección que debemos de tomar para llegar al barranco. El camino está bastante marcado, encontrando algún panel informativo más antes de pasar por debajo de un molino y cruzar un afluente, la Font de Molí. Subimos por la derecha a buscar un evidente collado por terreno herboso, y tras llanear un poco bajamos al cauce, encontrando en el lugar del comienzo del barranco unas indicaciones de senderismo.


No se por que motivo, al llegar y ver el cauce totalmente seco del barranco, les pregunto a mis compañeros sobre quien había cogido las cuerdas. La cara que se nos quedo a todos fue un poema. ¡Habíamos dejado la cuerda de 30 metros en el coche!  Fonso llevaba una cuerda de 20 metros en la mochila y yo el cordino de 50 metros que llegado el caso se podría haber utilizado para rapelar, pero al final Chus se ofreció para volver a buscar la cuerda necesaria, pues la aproximación era bastante fácil y tan solo nos había llevado unos 25 minutos.
Mientras Chus regresaba unos nos fuimos poniendo el peto del neopreno y preparándonos, mientras otros decidieron comenzar el descenso con el bañador puesto. Cuando regresó Chuchi comenzamos el descenso todos juntos, realizando un pequeño rápel antes de empezar a encontrar las primeras pozas estancadas, aunque bastante limpias, que obligaron al resto del grupo a ponerse el peto. En esta zona nos encontramos otro rápel de 15 metros antes de llegar al afluente que llega por la izquierda, el barranco de Llacunes, que por fin le iba a poner agua al descenso. Esta primera parte es la más vertical del barranco y es  donde se concentran los rápeles, montando un par de ellos más de 27 y 11 metros respectivamente. En esta zona hay grandes viseras y un espectacular puente de roca que pasamos por debajo.

                       

Nos encontramos que por la derecha llega el afluente que cruzamos en la aproximación, comenzando aquí la segunda parte del barranco, estrechándose el cauce del barranco,  ganando altura y espectacularidad las paredes. Esta zona es la  zona más acuática del descenso, con estrechos sinuosos, pequeños rápeles, resaltes y marmitas sin apenas tiempos muertos.  El descenso acaba en un lúdico pasillo de marmitas llamado Les Banyeretes.

                       

Acabado este pasillo, tras unas 2 horas y media de descenso, salimos del cauce a la derecha, jodiendo a una pareja la siesta o lo que estuvieran haciendo, cogiendo un camino bastante marcado, que en suave subida nos lleva en poco más de 25 minutos de nuevo al aparcamiento donde tenemos el coche. Lorenzo calienta de lo lindo y buscamos las sombras para cambiarnos y picar algo antes de ir en busca del segundo barranco del día.

          

lunes, 27 de agosto de 2012

Vía Ferrata Tossal de Miravet


Llegamos al Pont de Suert y nos dirigimos a la escuela de montaña, lugar donde dejamos la furgoneta. Cogemos lo necesario para realizar la vía y caminando junto al río pronto vemos un puente metálico, donde encontramos en un árbol, el indicador de madera (vía ferrada) que nos lleva a la izquierda por un camino ascendente. Seguimos las marcas amarillas y VF. La pista ancha inicial se convierte en un sendero que se introduce por un camino a la derecha, que va llaneando hasta el inicio de la ferrata, después de 25 minutos de caminata. Esta ferrata tiene la curiosidad de que se mantiene desde la escuela de montaña de Pont de Suert, pero está ubicada en territorio aragonés.
Mónica vuelve a decidir no acompañarnos en esta ocasión (tiene que volver a coger fuerzas después de tanto periodo de inactividad) y para Carmen será su primera vía ferrata. Tras darle alguna explicación comenzamos el ascenso con Fonso a la cabeza.

                       

La vía ferrata esta dividida en 3 tramos, encontrando en el primero de ellos unos puentes nepalís opcionales, y que como íbamos pillados de tiempo Fonso, Carmen y yo pasamos de largo, pero Alicia y Chus no me quisieron escuchar y los realizaron, aunque no perdimos mucho tiempo.


En este primer tramo ya nos quedamos alucinados con la bien que está equipada y diseñada la vía, pues aparte de todo lo básico de las ferratas, nos encontramos con colas de cerdo para facilitar el seguro desde arriba con una cuerda adicional.


El segundo tramo tiene unos pasos aéreos, siempre con buenos agarres que nos deja en la cima de un espolón que a ratos desploma ligeramente.

                       

Llegamos al final de este segundo tramo y encontramos  un buzón en donde dejar nuestras opiniones, bastante positivas por cierto, y decidimos no atacar el tercero de los tramos, pues nos podía caer la noche en el regreso. Me jodió bastante el no poder acabar la vía, pero era más sensato abandonarla en este punto y no ir deprisa y corriendo sin disfrutarla.
Seguimos las marcas del escape y en la bajada nos encontramos con algún tramo de cable que nos ayuda en el descenso. En pocos minutos estábamos de nuevo en el camino de aproximación y posteriormente en el coche, para dirigirnos hasta el camping en donde meternos una buena cena después de esta preciosa y agotadora primera jornada por tierras leridanas.

        

viernes, 24 de agosto de 2012

Barranco de Viu de Llevata


Después de recuperar fuerzas a nuestra salida del Barranco Roi, nos dirigimos de nuevo a Senterada y desde allí cogemos la tortuosa carretera que se dirige al Pont de Suert, encontrando el pueblo de Viu de Llevata en dicha carretera. Aparcamos en un pequeño aparcamiento a mano derecha al lado de la carretera, evitando así el tener que pagar un par de euros por aparcar en un prado habilitado para los barranquistas, aunque nosotros no sabíamos nada de esto y nos libramos por casualidad. Nos encontramos con bastante gente que regresaba del barranco y nos dijeron que llevaba poca agua, pero que el baño estaba asegurado.
Para llegar a la cabecera del barranco atravesamos el pueblo, pasando junto a la iglesia hasta llegar a una plaza en donde encontramos una portilla, la cruzamos y bajamos por un sendero muy marcado que nos lleva al cauce en apenas 20 minutos. Mónica tan solo nos acompaña en la aproximación al barranco, pues dice que ya ha tenido bastante por hoy y decide esperarnos en la furgoneta.
Lo primero que nos llama la atención es un cartel en forma de croquis junto al que nos hacemos la foto de rigor de comienzo del barranco. 



El sol pega con fuerza y estamos deseosos de entrar en el agua, aunque el caudal en esta zona deja mucho que desear. Evitamos los primeros metros de descenso caminando por un prado a la derecha del cauce, hasta toparnos con el primer estrechamiento del cañón, en donde encontramos varios cangrejos de río y alguna pequeña rana. 


                       

A partir de aquí el río se estrecha varias veces, teniendo que caminar en alguna parte del descenso por las orillas, en una sucesión de pasillos inundados, rápeles, saltos, y muchos destrepes, pues tan solo montamos la cuerda en tres ocasiones. 



Finalizado el último rápel vemos un cartel que indica un puesto de SOS a 100 m. En este punto cogemos un sendero que sale por la izquierda orografica y que de forma ascendente  nos lleva a la carretera en unos 25 minutos. Al llegar a la carretera, Chus y Ali suben en dirección al pueblo de Viu de Llevata (todavía les quedaban 10 minutos por la carretera) mientras Fonso, Carmen y yo esperamos a que bajen a recogernos con el coche, preparando lo que sería la siguiente actividad del día (siempre y cuando el grupo quisiera), la vía ferrata Tossal de Miravet, situada en Pont de Suert.
Después de cambiarnos e hidratarnos bien, decidimos acercarnos hasta el comienzo de la vía para ver si era posible el realizarla, puesto que íbamos a andar un poco pillados de tiempo.

        

jueves, 23 de agosto de 2012

Barranco Roi


El pasado día 14 de agosto comenzaba nuestro viaje a tierras leridanas para descender algún barranco, realizar alguna vía ferrata y sobre todo pasárnoslo bien disfrutando de la naturaleza. El equipo en esta ocasión estaba formado por Carmen, Fonso, Jesús, Mónica, Alicia y un servidor, es decir 4 personas, jejeje.
Después de pasar a recoger a todos los miembros de la expedición por sus hogares, y con la furgoneta llena hasta el techo (parecía que nos íbamos a la operación paso del estrecho) emprendimos el largo viaje hasta la población de Senterada, montando la base de operaciones en el camping del mismo nombre. Este camping (un poco descuidado por cierto) no era el elegido en un principio, pero por problemas de ocupación tuvimos que cambiar los planes sobre la marcha. El viaje resultó ameno, saboreando unas buenas, baratas y grandes birras (exceptuando al conductor) y como anécdota comentar que la policía nacional nos paro para pedirnos la documentación a nuestra entrada de nuevo a España, pues el viaje lo realizamos por tierras francesas. ¡Menos mal que no nos hicieron sacar todo el material!
Una vez registrados en el camping, nos pusimos a montar la tienda, la carpa,etc, antes de cenar algo e irnos a dormir. ¡Bueno a dormir! el que lo pudo hacer, pues sobre la una de la madrugada comenzó una fiesta en el pueblo que duro hasta las 7 de la mañana. Además a eso de las 6 de la mañana y puntual durante todos los días de nuestro viaje, un puñetero gallo empezaba a cantar, al igual que un pavo que también se animó alguna mañana. Sin pegar ojo en casi toda la noche, nos levantamos, desayunamos y nos pusimos rumbo a nuestra primera actividad del viaje, el Barranco Roi.

                      

Salimos de Senterada y cogimos dirección Cabdella. Tras varios kilómetros por esta carretera vemos el puente donde acaba el descenso del barranco (hay una señal con el nombre del barranco), aparcando el coche en una explanada a mano derecha que hay antes de llegar al puente. Cogemos el material y volvemos andando por la carretera hasta el cercano cruce que se dirige hacia Castell-Estaó, y a los pocos metros encontramos un sendero balizado a la derecha que se dirige en ascenso y por entre el bosque hacia dicha población. Durante el camino nos encontramos con varias ruinas de construcciones de lo que en su día fue la primera mina de uranio de España (Mina Eureka). Justo antes de llegar a Castell-Estaó, en un collado nos desviamos a la derecha, tomando un sendero por el que descendemos hacia el cauce del barranco, llegando a él en apenas 45 minutos.
El Barranco Roi se llama así por el característico color rojizo del terreno de la zona, volviéndose el agua de color rojo en cuanto movíamos el fondo arenoso. El barranco combina zonas abiertas con otros tramos encañonados bastante estéticos, siendo el mayor rápel que nos encontramos de unos 11 metros.

                       

Temíamos encontrar las instalaciones en mal estado según habíamos leído en las reseñas, pero lo cierto es que esta bien equipado, e incluso los pasamanos de acceso a un par de rápeles estaban montadas. En una zona del barranco los árboles están cubiertos de musgo que dan al descenso un tono mágico. En 2 horas y 30 minutos estábamos de nuevo en el puente en el que finalizaba el  descenso, aprovechando para comer antes de dirigirnos hacia el segundo descenso del día, el Viu de Llevata.

       

Collado Jermoso - Torre de La Palanca - Cordiñanes (2ª parte)


Con las primeras luces del día me despierto y asomo la cabeza fuera de la tienda para ver que tiempo hace. La puñetera niebla sigue con nosotros y no deja ver nada, así que me vuelvo al saco a pegar otra cabezada. Llega la hora de ir a desayunar y nos levantamos entre la niebla. Decido acercarme al collado desde donde se da vista a Cordiñanes y apenas logro distinguirlo entre las nubes. Otra vez la niebla nos juega una mala pasada y no vamos a ver el amanecer, pero confiamos que la niebla acabe por desaparecer.
Nos vamos a desayunar al refugio y vemos como poco a poco la niebla se esfuma, así que después de coger fuerzas y preparar una mochila con lo básico, Ali, Chus y yo decidimos subir a la Torre de La Palanca. Mónica decide quedarse en el campamento esperándonos y por este motivo decidimos atacar esta cumbre y no la Torre del Llambrión, que nos llevaría más tiempo al ser esta más complicada.
Salimos del refugio en dirección a las Colladinas, superando la gran depresión que forma en su nacimiento el Argallo Congosto, hasta un cruce a la izquierda que se dirige hacia el Tiro Callejo.



Ascendemos la gran diagonal, visible desde el refugio realizando alguna trepada con la que salvamos las paredes de canalizos que caen desde el Hoyo del Llambrión. Afortunadamente la niebla ha desaparecido, dejando paso a unas nubes altas que no impiden tener unas amplias y preciosas vistas. La diagonal termina en una característica zona de escalones rocosos. Desde este punto hacia el norte vemos la airosa y vertical cumbre de la Torre  Delgado Ubeda, con la Torre de la Peñalba a su izquierda y la Diego Mella a su derecha. Nosotros seguimos el sendero que lleva a la base de la Delgado Ubeda, para una  vez allí torcer a la derecha y siguiendo una serie caótica de gradas, pedreros y canales fáciles, llegar por fin a la cima de la Torre de La Palanca (2614 m)



Después de pasar un buen rato en la cima disfrutando de las amplias y buenas vistas comenzamos el descenso por el mismo camino de subida, encontrándonos con algún montañero más al que damos las explicaciones de como llegar a la cumbre. Cuando llegamos de nuevo al campamento recogemos las tiendas y antes de despedirnos del guarda nos tomamos una última cerveza disfrutando del buen día que ha quedado al final.


Ahora sí nos despedimos del refugio y emprendemos el regreso por el camino de la Vega de Liordes, superando una a una las cinco Colladinas en dirección al Llago Cimero. Mas adelante llegamos al Sedo de La Padierna, desde donde tenemos unas buenas vistas del Llago Bajero.


Continuamos nuestro descenso hasta llegar a la amplia Vega de Liordes, para cambiar radicalmente de dirección, girar a la derecha, e ir en busca del Collado de la Padierna, en donde paramos para comer algo. Continuamos con nuestro descenso por la larga y empinada Canal de Asotín hasta llegar de nuevo a la Vega de Asotín, cerrando así este bonito circuito para conocer los alrededores del refugio de Collado Jermoso. En la Vega de Asotín realizamos otra parada para descansar, antes de continuar el descenso hasta Cordiñanes por el camino que ya recorrimos el día anterior.
Durante el largo camino de vuelta en coche, comentamos lo bien que nos ha ido en esta primera vivencia de vivac, e incluso hacemos algún plan para pasar mas tiempo por las alturas de los Picos de Europa.

        

martes, 21 de agosto de 2012

Cordiñanes - Collado Jermoso (1ª parte)


                      

Llevábamos mucho tiempo con idea de subir a Picos de Europa y pasar un fin de semana vivaqueando, y por fin después de una larga espera, el fin de semana del 11 y 12 de agosto nos animamos a esta aventura Mónica, Jesús, Alicia y yo. Por uno u otro motivo habíamos pospuesto mucho esta salida y los fines de semana en los que el buen tiempo nos podía acompañar se estaban acabando, pues los últimos días de agosto y primeros de septiembre los vamos a tener muy atareados. Los pronósticos del tiempo eran muy buenos, quizás demasiado buenos, pues se anunciaba una ola de calor para todo el país.
Quedamos con Chus y Mónica en pasar a recogerlos sobre las 8 de la mañana en su casa, para después emprender el largo viaje hasta la población leonesa de Cordiñanes, a la que llegamos sobre las 11:30 horas tras realizar alguna parada para hacer unas compras de última hora. Este primer día nos lo íbamos a tomar con tranquilidad y tan solo queríamos llegar al refugio de Collado Jermoso, aunque si nos daba tiempo quizás ascendiéramos  alguna cumbre.
Una vez preparadas las cosas y después de que a Alicia y a mi se nos quitara la cara de incrédulos al ver las mochilas de Chus y Mónica, pues llevaban todo lo necesario para el vivac en una ¡¡¡ mochila de 22 litros !!!, yendo nosotros con sacas más grandes y cargados como mulas, emprendemos la aproximación hacia La Rienda de Asotín, senda tallada en roca y con un atrevido trazado que va ganando altura poco a poco hasta perder de vista al pueblo de Cordiñanes en el Canto La Rienda.


Entramos en la Canal de La Sotín (o Asotín) y tras superar el Paso de Alfredo entramos en el Hayedo La Sotín en donde realizamos una parada para recuperar el aliento y beber algo de agua bajo la sombra de las hayas. Hasta ahora hemos tenido bastante suerte, pues casi toda la subida la hemos realizado en la sombra, pero esta situación va a durar muy poco, justo hasta la salida del hayedo y comenzar a subir la Cuesta Robequera, que nos lleva directa hasta la Vega de Asotín.


Empezamos a buscar las sombras que generan algunos de los grandes bloques que hay en esta vega y aprovechamos para volver a descansar. Ahora el sol calienta de lo lindo, pero no tanto como en un principio  habíamos pensado. Tras hablar unos instantes con una guiri, retomamos el camino de ascenso siguiendo los hitos, que nos llevan zigzagueando hacia la Canal Honda, aunque nosotros seguimos el camino más marcado  que iba más a la izquierda, entrando en la Canal Solano y que en poco tiempo nos lleva hasta el Collado Solano, en donde realizamos una nueva parada y hablamos un rato con unos chicos de Santa Marina de Valdeón.


Comenzamos una travesía ascendente horizontal que tras superar la parte alta de la Canal Honda nos lleva a la parte alta de las Traviesas de Congosto, en donde paramos para picar algo y Chus haciendo honor a su apellido nos premio con unos mejillones en escabeche, regados con una cerveza fría que nos supieron a gloria.


Más adelante hacemos una bajada hasta entrar en el Argallo Congosto, por el que subiremos realizando alguna trepada y superando algún paso estrecho hasta llegar bajo la cascada (casi seca en esta ocasión) que forma la fuente de Jermoso. Pasamos bajo la cascada y cruzamos a la otra vertiente para ascender por ella y por fin dar vista al refugio Diego Mella, al cual llegamos sobre las 16:30 horas.


Lo primero que hacemos al llegar es tomarnos una buena birra de cañero, y preguntar al guarda si nos pueden dar de cenar esa noche, respondiéndonos afirmativamente. Una vez solucionado el tema de la cena le preguntamos sobre un buen sitio para montar las tiendas, indicándonos un par de lugares a los que echamos un vistazo antes de decidirnos por uno. Nos ponemos a montar las tiendas, y como todavía es pronto hablamos de la posibilidad de hacer alguna cumbre, pero de repente aparece una niebla muy intensa que tapa en ocasiones por completo las montañas, para dejarlas de nuevo a la vista tras un tiempo. Con este panorama de tiempo, decidimos dejar la ascensión para el día siguiente y dedicar el resto de la tarde a pasear por la zona, charlar con la gente ( entre la que encontramos algún conocido) y tomar unas cervezas en tan idílico lugar.


La niebla nos iba a dar el único chasco del día, y es que no íbamos a poder disfrutar del hermoso atardecer que se puede ver desde los collados cercanos al refugio. El disgusto lo olvidamos con una buena cena de ensalada de pasta, filetes de lomo y piña, disfrutando además de buena compañía. Con la tripa bien llena nos  fuimos hasta nuestro campamento para enseguida echarnos a dormir, deseando que la dichosa niebla desapareciera a la mañana siguiente y por lo menos nos dejara ver el amanecer.