Quedamos en la entrada del camping y después de las oportunas presentaciones (todavía no conocíamos a la señora y a la hija de Lolo) y tomar un café, nos desplazamos hasta la cercana localidad de Ortigueru, en donde dejamos el coche aparcado. Comenzamos a caminar en dirección a Canales de Cabrales por la misma carretera comarcal, para en este pueblo seguir el camino que se dirige a La Molina. Caminábamos atentos y bajo un sol de justicia para ver si encontrábamos un desvío a la derecha que se dirigiera hacia la mina. Encontramos uno, pero seguimos de frente unos metros para preguntar a un señor y asegurarnos si ese era el camino bueno. Efectivamente nos dijo que era el camino que habíamos dejado atrás.
Cogemos la pista y la seguimos hasta un cruce en donde ya encontramos indicaciones de otras rutas que hay por la zona y que nos ayudaran en el resto de la ruta para ir por el buen camino. Subimos poco a poco, entre amenas conversaciones y realizando alguna pequeña parada, para en apenas una hora llegar a la Mina Delfina.
Tras su explotación por otras compañías de origen español, en el año 1958 se abandonaron definitivamente sus instalaciones, salvándose la tolva y el castillete, que aún permanecen en pie, de un intento de demolición en la década de los años 90 del siglo pasado.
Enseguida en sus alrededores encontramos pequeñas piedras tintadas con colores verdes y azules, y nos ponemos a buscar una entrada por la que poder entrar con Belén e Iris. Al poco Lolo la encuentra y preparamos los frontales para echar un vistazo en el interior de la mina. La entrada es descendente por unas escaleras que nos conducen en pocos metros a las galerías mineras. Pronto encontramos restos evidentes de que mucha gente viene hasta aquí en busca de mineral, pues encontramos numerosas piedras partidas por las paredes y los suelos. Como no tenemos mucha luz, pues uno de los frontales tiene poca pila, decidimos no alargar mucho la visita a la mina.
Esta cavidad, descubierta en la década de los años 50 del siglo XX, recibe también el nombre de Cueva de los Cinchos o de la Tallada. A pesar de su escaso desarrollo presenta todo tipo de formaciones, gours, coladas, columnas, banderas, etc.
Volvemos al camino principal de la ruta, y tras superar un pequeño collado emprendemos el descenso hacia Ortigueru, lugar en donde damos por concluida esta cómoda jornada senderista. La vuelta completa nos ha llevado unas 4 horas y aún nos da tiempo de tomar algo juntos, antes de despedirnos de nuestros amigos, que todavía tienen tiempo para ir a darse un baño en el río Sella.
Nosotros nos volvemos hasta el camping, pues todavía tenemos que recoger todo y volver a casa, habiendo disfrutado de un completo fin de semana.
Hola Carlos y Alicia, os paso un link con las fotos que hice en la cueva de Alda estas navidades..
ResponderEliminarhttp://www.flickr.com/photos/miguel_in/11668202324/
http://www.flickr.com/photos/miguel_in/11668834466/
¡Como véis, vamos progresando en la técnica! Aunque no tengo tantas oportunidades como yo quisiera, de vez en cuando me puedo escapar.
Os sigo por aquí y me dais mucha envidia.
Un abrazo
Muy buenas Miguel. Vaya fotozas!!!! Muy guapas!!!
ResponderEliminarSi, se nota que progresas adecuadamente,jeje.
Espero volver a vernos pronto. Un saludo.
Hola, soy Dioni Serrano, redactor de la revista Grandes Espacios de la editorial Desnivel. Estoy muy interesado en tus fotos del barranco Pompedro. ¿Puedes llamarme al 913602247 o escribirme a este correo? Es muy urgente. Gracias
ResponderEliminarHola Dioni, te he llamado pero no he podido hablar contigo. Mi mail es carlosalonso923@yahoo.es
ResponderEliminarSaludos.