Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

jueves, 17 de mayo de 2012

Sima - Cueva de Rozacarin o Hoyujigal


Algo más de un par de años, han sido necesarios para  por fin poder realizar una salida de club a esta sima. Por uno u otros motivos la visita a esta cavidad siempre se fue posponiendo, unas veces por el mal tiempo, otras por tener alguna alternativa más apetitosa, etc, hasta que por fin este pasado sábado nos decidimos a  hacerle una visita a esta cavidad explorada a principios de los años 90 por el SCC.
Para la visita era necesario el tener que limpiar el pozo de entrada, de unos 25 metros, pues el acceso estaba lleno de zarzas, ortigas, ramas putrefactas, etc, que hacían que bajar por él  fuese realmente poco apetecible. Para ello un primer grupo formado por Juan, Oscar, Naghy, Subi, Fran y Nano, había quedado a las 10 de la mañana en Puente San Miguel, bien provistos de machetes y guadañas para dar buena cuenta de toda la maleza. Al resto de los miembros del club que asistiríamos a la visita nos dejaron dormir un poco más la mañana, puesto que yo salía de currar a las 6, y  los recién casados ( Chus y Mónica) todavía acusaban el cansancio del viaje de novios. Alicia y yo quedamos a las 11 con ellos, pero algo antes recibimos su llamada, que han tenido un primer percance (luego sabréis por que digo el primer) cuando al ir de camino en coche les han dado un golpe, arrancándole el espejo retrovisor de cuajo, dándose el otro conductor a la fuga.
Cuando al fin les vemos en Puente San Miguel ( un poco menos morenos de lo que yo esperaba), nos cuentan la persecución que tuvieron que hacer para detener al fugado, y como aún muy nerviosos llegaron a un acuerdo amistoso.
De camino a La Cotera (pequeña población cercana a Celis) hablamos de como les fue su viaje de novios y que se lo habían pasado en grande. Justo antes del cartel  con el nombre del pueblo, y  al lado de la carretera, vemos a nuestra izquierda aparcados los coches de nuestros compañeros en un pequeño ensanchamiento. Aparcamos al lado de sus coches y al bajarnos vemos a escasos metros, como en un extremo  del prado esta  parte del grupo. Pensábamos que pudieran haber entrado ya en la cueva por nuestra tardanza, pero nos acercamos a donde se encuentran y vemos que están acabando de limpiar e instalar la sima. La verdad es que hicieron un trabajo muy bueno, dejando la bajada de lujo. Nos cambiamos y sobre las 13:30 empezamos a bajar por las dos cuerdas que instaló Subi, una con dos fraccionamientos y la otra con tres.


Nada más descender el pozo de entrada de 25metros,  nos encontramos con el curso activo de un pequeño río y vemos una cascada de unos 8 metros que se precipita desde un piso superior. Seguimos el curso de este río por unos meandros estrechos y que en algún lugar tiene unos pasos inundables, hasta llegar a un pozo de unos 30 metros.


Como el objetivo de nuestra visita no es llegar hasta la cota de -80 metros, pues se puede llegar casi hasta el río Nansa después de superar varios pozos (según nos comentaba Juan), decidimos darnos la vuelta y subir a visitar las galerías superiores fósiles. Destacar que durante el trayecto del meandro nos encontramos un pseudoescorpión al que tan solo molestamos para hacerle un par de fotos.


Una vez llegamos a las salas amplias de la zona fósil decidimos comer, pues ya tenemos algo de apetito. Cuando hemos dado buena cuenta de nuestras viandas, parte del grupo decidimos el ir a visitar una amplia galería, cuyo suelo está  lleno de cantos rodados. Al final de esta encontramos una zona bellamente concrecionada, y una gatera descendente que no llevaba a ninguna parte, y en la que Alicia se pego un buen culazo, dejándola un buen morado.

                    

De vuelta  a la sala donde comimos, vemos como nuestros compañeros han seguido en la otra dirección, siguiendo la galería que puntualmente está concrecionada, destacando una enorme columna que encontramos en nuestro camino. Ahora encontramos numerosas gateras, pero nos interesa llegar a otro lugar de la cueva en la que nos encontramos con otro riachuelo, que seguramente será afluente del río de entrada. Hacemos una pequeña trepada y ponemos una cuerda para ayudar a la subida al resto del grupo, mientras vamos a visitar una minúscula sala en donde los exploradores iban a descansar y a demostrar sus dotes de "pintura paleolítica" (eran otros tiempos, en los que no estaba mal visto hacer cosas como estas).


Seguimos avanzando y trepando por el río, hasta llegar a un gran caos de bloques en donde perdemos el agua de vista. Miramos posibles vías de continuación, pero no encontramos nada. Decidimos dar la vuelta y volver sobre nuestros pasos hacia el exterior.
Tras algún despiste y alguna parada para descansar llegamos  a la base del pozo de salida, en donde vamos a tener el segundo y gran susto del día.  Me pongo a subir el primero, y a mi lado Chus. El pozo no es muy amplio, pero suficiente para los dos. Durante la subida Chus me adelanta casi ya en el exterior (su cuerda tiene menos fraccionamientos). Detrás de nosotros ya han comenzado a subir Mónica y Alicia y están en el primer fraccionamiento, pero cuando Chus pisa la pared para ayudarse en la salida, un trozo del tamaño de una pelota de balonmano se separa de ella y sale disparado hacia abajo. No se por que motivo yo me encuentro mirando hacia abajo cuando Jesús grita ¡piedra!, y en esa posición me quedo viendo como la piedra pasa junto a mi, pero impactando varios metros más abajo de forma brutal sobre el casco de Mónica, y pasando a escasos metros de la cara de Alicia, que estuvo rápida de reflejos esquivando la roca  (como luego apreciamos en el vídeo que capturó Juan ).
En un primer momento pensé que Mónica se pudiera haber hecho bastante daño, pero también que la roca en su camino pudiera haber herido a alguien de los de abajo. Afortunadamente todo quedo en un gran susto y un leve dolor de cuello.
Una vez estábamos todos en el exterior sanos y salvos, los comentarios y las risas estaban servidos. Se hablo de algún seguro matrimonial de gran cantidad de dinero, de divorcio, pero yo creo que todo fue como venganza, por haber metido Mónica un poco de tierra en el bocadillo de Chus durante la preparación en el interior de la cueva. ¡Quien sabe! Habrá que estar atento en futuras salidas.
Terminamos de cambiarnos y de recoger todo, para ir a tomar un bien merecido y caro "refresco", antes de volver a casa habiéndonos quitado una deuda pendiente que teníamos con esta bonita cueva.

       

viernes, 11 de mayo de 2012

Cañón de Artazul o Arteta


Varias semanas llevábamos planeando la visita a este gran cañón, pero otras tantas veces teníamos que posponer la salida por el mal tiempo, hasta que por fin el día 5 de mayo se nos habría una puerta de buen tiempo para afrontar este descenso. El viernes por la tarde recibí la llamada de Lolo, que se venía para Cantabria desde Asturias y sobre la marcha decidiríamos a donde dirigir nuestros pasos. Quedamos temprano, a las 8 en Sarón. También se apuntó a la salida Fonso, que estaba deseoso de estrenar su nuevo y flamante neopreno.
Cuando nos reunimos por la mañana del sábado no tenemos ninguna duda, el tiempo es tan bueno y sin ninguna nube, que no dudamos en hacer algo alternativo  que no fuera la visita a Artazul. Además, las previsiones de tiempo eran mejor para la zona a donde debíamos de ir. Así que cogemos dirección Pamplona, teniendo por delante algo más de 2 horas y media de coche hasta el pueblo de Ulzurrun.
Durante el trayecto hablamos de varios temas, barrancos, proyectos, etc, pero el que más salió a relucir es el buen tiempo, comentando Fonso que sería su primer barranco con un día radiante de sol. Pero quizás no debiéramos haber vendido la piel del oso antes de cazarla, puesto que por Altube empezaron a aparecer unas nubes oscuras que no prometían nada bueno. Cuanto más nos acercábamos a nuestro destino más negro se ponía el asunto, aprovechando la ocasión para recordar a Fonso que quizás sea algo gafe y le tengamos que dejar en casa la próxima vez para disfrutar del buen tiempo, ja,ja.
Después de tener algún despiste llegamos al pueblo de Ulzurrun, en donde una pista nos conduce al nacedero de Arteta, lugar donde dejamos el coche en el amplio aparcamiento que hay.
El cañón de Artazul es un desfiladero calizo formado por las aguas de la regata de Udarbe, procedentes de los Altos de Goñi, antes de unirse a los del manantial de Arteta .Como solo disponemos de un solo vehículo tomamos el camino que va al nacedero y seguimos hasta el salto final del Artazul, donde confluye con el Barranco Licebar. Aquí comprobamos que lleva agua abundante.


Cogemos un sendero que sube por la derecha orográfica del Licebar, remontando empinadas pendientes hasta ganar un pequeño contrafuerte que sale a un bosque. Mas tarde atravesamos una gran pedrera, volviendo a entrar en zona boscosa hasta toparnos de frente con una alambrada. El sendero esta algo confuso, pero se sigue facilmente. Seguimos la alambrada hacia la derecha hasta llegar a un claro, que atravesamos, para de nuevo tomar un sendero que va paralelo al cañón por medio del bosque (aquí creo que metimos la pata y no cogimos el camino correcto),  que nos llevó a una pista enfangada y luego por un sendero a la parte inferior de la primera cascada. Retrocedemos y nos ponemos a buscar la forma de subir a la parte superior, encontrando un sendero que asciende hasta una pista (esta creo que era la buena), en donde encontramos una lapida que recuerda a un señor fallecido en el lugar. En pocos minutos estamos en la cabecera del primer rápel.


Nos ponemos a cambiarnos cuando nuestros peores presagios se hacen realidad, empieza a llover con fuerza. Durante  la ascensión (1 hora y 20 minutos aproximadamente) nos cayo algo de lluvia, pero  pronto dejó paso al sol. La cara de los cuatro es un poema, pero yo libero mi ira expulsando alguna que otra palabra mal sonante. Afortunadamente el chaparrón dura poco, pero todos tenemos miedo de que esta situación se repita en el interior del barranco. El primer rápel semivolado de entrada (32 metros) nos deposita en el fondo del circo inicial.

                  

Tras unos minutos de descenso entre el bosque vemos como las paredes se aproximan y una garganta muy bien formada nos da la bienvenida. Los primeros rápeles que nos encontramos son de modesta altura, pero el agua abundante les da ambiente. Ademas unos truenos en la lejanía hacen que nos miremos con cara de incrédulos, o más bien diría de acojono.



También realizamos algún pequeño salto hasta llegar a los oscuros en donde realizamos un rápel de 14 metros al que sigue uno de 5 metros. Hasta aquí no hemos tenido ningún problema con el caudal, estando mas pendiente de si llueve que de los propios rápeles en sí.

                 

Llegamos al siguiente rápel de 14 metros que tiene en mitad  una marmita muy agitada por el agua. Lolo intenta hacer un rápel guiado con la mochila, pero la puñetera saca no esta por la labor de bajar hasta el final, quedándose flotando en la marmita. Al final decide bajar, y después de pegarse un poco con la corriente consigue alcanzar una chapa a la izquierda en donde anclarse y facilitar al resto la salida del agua.


El siguiente rápel  de 10 metros, lo hacemos utilizando un  desviador a la izquierda, pues bajar por todo el chorro de agua no iba a ser muy divertido. El barranco  se va abriendo en una sucesión de marmitas que nos conducen al vacío, al impresionante circo final.


Un sobrecogedor volado de 45 metros nos devuelve de nuevo al suelo, eso si teniendo cuidado de no caer en un árbol que hay en la base, para poder disfrutar de la belleza de esta cascada.

                 

En la base coincidimos con un grupo navarro que viene de hacer Licebar, comentándonos que se lo han encontrado seco. Hacemos las fotos de rigor para el recuerdo y tomamos el camino de regreso hasta el coche bajo un sol que ahora sí se ha animado a salir con fuerza. En el aparcamiento reponemos fuerzas, antes de emprender el camino de vuelta habiendo disfrutado de uno de esos barrancos que dificilmente se olvida, y que sin duda, con el tiempo habrá que repetir.

        

jueves, 10 de mayo de 2012

Riega del Muro de Peñallana


El martes 1 de mayo, aprovechamos la buena tarde que hacía para volver Alicia y yo a la Riega del Muro de Peñallana, barranco que abrimos en el mes de julio de 2011 varios miembros del SCC. Para este día varios eran los planes alternativos que teníamos, pero el cansancio acumulado de un rápido viaje a Zamora por negocios, hizo que nos hiciésemos los remolones en la cama, dejando la visita para después de comer.
Comentar que lo pillamos con lo que se podría llamar su caudal habitual, descendiendo  el barranco en algo menos de dos horas. Por fin pudimos disfrutar del sol en un barranco después de mucho tiempo, eso si con el permiso de alguna nube juguetona que de vez en cuando lo ocultaba.
Para más información ver el siguiente  enlace del día de la apertura del barranco.

         

miércoles, 9 de mayo de 2012

Barranco del Argumedo


El sábado 29 de abril amaneció lluvioso, pero esto no suponía ninguna novedad  puesto que todos los días del  mes había llovido más o menos. Mientras vemos como llueve con intensidad, recibo un mensaje de Alberto que me pide que nos acordemos de él en caso de que hiciésemos algo durante el puente del 1 de Mayo. Las previsiones para el domingo nos dan un poco de tregua por la mañana, así que en caso de acertar los meteorólogos nos iremos a descender el Barranco del Argumedo, situado en el Puerto de la Sía.
El día amanece sin lluvia, así que quedamos con Alberto en Solares sobre las 9 de la mañana. Decidimos llevar dos coches y así quitarnos un par de kilómetros andando de aproximación por carretera. Cuando llegamos a los Collados del Asón vemos como la cascada del nacimiento del Asón baja bastante alegre, y pensamos que hemos acertado con la elección de barranco, pues este irá cargado y recuerdo que no tenía ninguna poza que pudiera dar problemas (hace más de 5 años que lo descendí).


A mitad del Puerto de la Sía vemos el refugio del C.D. Bilbao (una casa de ladrillo caravista que no pega con el entorno) y allí dejamos el primer coche. Con el segundo seguimos subiendo hasta ver a nuestra izquierda unas cabañas. Para acceder a las cabañas nos encontramos con una enorme piedra alargada situada al lado de la carretera, y allí tenemos un amplio aparcamiento en donde poder dejar el segundo vehículo. Tomamos una pista descendente que pronto se vuelve sendero y que nos lleva hacia un pequeño hayedo, en donde encontramos un arroyo, que en ese momento creía que era el Argumedo. Nos cambiamos y empezamos el descenso, pero no me suena nada de lo que veo. Ademas hemos tardado muy poco en llegar hasta el arroyo (15 minutos aproximadamente) y al llegar hasta la primera cascada, que por cierto esta equipada, certifico que nos hemos equivocado. Ahora toca remontar lo descendido hasta encontrar el Barranco del Argumedo, que es el segundo de los arroyos que nos encontramos al atravesar el hayedo.


Empezamos el verdadero descenso con un pequeño tobogán de unos 3 metros, y después de andar unos metros nos encontramos con los primeros rápeles en terreno abierto. Los primeros cinco son de modesta altura (hasta unos 12 metros) hasta llegar al primero de los rápeles largos de unos 25 metros.


Luego tenemos una zona de andar hasta llegar al segundo de los rápeles largos, en donde podemos montar un pequeño rápel para llegar a su cabecera o hacerlo con mucho cuidado por la derecha.

                       

Más adelante el barranco entra en su zona más espectacular, en donde el arroyo se sumerge en una estrecha grieta. Deberemos de hacer otro par de rápeles antes de llegar al más largo y bonito de todo el descenso de unos 30 metros. En esta zona estrecha el agua pega con bastante fuerza sobre nuestros cuerpos, pero no llega a dar ningún problema.


En la base de este rápel se junta por la izquierda el arroyo que habíamos comenzado a descender por equivocación y que no tengo ni idea de como se llama.Ya tan solo nos quedan otro par de cascadas de unos 20 metros y damos por concluido el descenso, que por cierto ha gustado a Alicia y Alberto, aunque este último nos comentaba que quizás llevaba mucha agua para su corta experiencia.


Salimos a la izquierda al bosque, después de 2 horas y cuarto de descenso en el que realizamos 12 rápeles  ( casi todos están reequipados con químicos) y comenzamos a subir por un camino bastante cerrado por la maleza, hasta llegar a un prado con una cabaña en un extremo. Cruzamos el prado y nos encontramos con una pista que ya sin perdida alguna nos lleva  al refugio en donde tenemos el coche. El retorno nos lleva unos 50 minutos y poco a poco vemos como el tiempo va empeorando, hasta el punto que después de recuperar fuerzas en el aparcamiento de arriba y de camino a casa, nos cae una fuerte granizada. Pero bueno, al final la mañana se mantuvo  sin llover y nos dejo descender el barranco sin ningún contratiempo.