Texto: Antonio (Extraido de su crónica "Excavaciones")
Enlace a Tierras Interiores Fotos: Carlos, Alicia y Pelos
Menos de una semana después, el 12 de Octubre, se consiguió reunir otro grupo de trabajo para revisar una gatera sopladora en la Cueva del Chaparral. Trabajo pendiente desde hace 15 años; mis recuerdos me llevan a un día en que estuve con Juan Colina, César y el Cura -y otras personas que no recuerdo- trabajando allí.
Actualmente se pueden usar cementos expansivos cuya principal desventaja es que requieren diámetros de broca bastante importantes. Otra fórmula es usar mezclas productoras de humo. La reacción es similar a la de una explosión pero con un tiempo de compleción mucho mayor. La dificultad principal con ese sistema es el impecable retacado necesario para que funcione. Afortunadamente para nosotros se puede acceder a este procedimiento mediante un curso oficial. Sin embargo resultaría más efectivo el procedimiento utilizado en Francia (pequeñas cargas explosivas diseñadas específicamente para y por los espeleólogos) Su uso requiere del correspondiente curso oficial en Francia. Desafortunadamente este último método es imposible de usar en nuestro Estado debido a la exigente legislación vigente sobre uso de este tipo de substancias.
Llovía con ganas la mañana del viernes cuando nos reunimos en Mompía. Sergio, Manu, Adrián, Jara y yo nos aproximamos directamente a la finca de Oreña donde se encuentra la cueva. Una familia, creo que inglesa, ha construido una bonita casa en ese lugar. Unos minutos después aparecieron Alicia y Carlos para unirse al grupo. Venían desalentados -por la lluvia- de su proyecto de ir a un barranco.
A pesar del pequeño trayecto que hay que recorrer dentro de la cueva para llegar hasta la gatera tardamos bastante. Los antiguos spits y parabolts no estaban fiables y hubo que reinstalar dos pocetes. La zona de trabajo es cómoda. Tiene bonitas formaciones y nidos de cristales en el suelo. Se trabajo hasta las cinco de la tarde en la gatera. Mientras Carlos hacía fotos con su nueva Olympus, el trabajo en la gatera permitió crear un paso muy justo. Sin embargo yo ya estaba seguro de antemano que no había posibilidades de conseguir algo interesante. La galería llevaba un rumbo de 10º y eso conducía directamente a la ladera del Monte en menos de 50 metros.
El resultado fue nulo: nos permitió sacar la cabeza a un pequeño ensanche desde el que se oteaba una gatera de dimensiones en disminución. Para completar el trabajo Sergio escaló hasta la parte alta de la galería donde se intuía otra posibilidad de continuación. Desgraciadamente la cosa se acababa en una rampa colmatada. Para mí que no era más que la colmatación procedente del cercano exterior. El hecho de que la gatera sople obedece a que debe existir una pequeña entrada impenetrable en la ladera norte de la finca.
Después de todo esto nos consolamos con una cerveza en Novales…
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