Llevábamos unos días pensando en la idea de ir a realizar una ruta a un buen bosque para disfrutar de los colores del otoño, así que el domingo 10 de noviembre nos desplazamos hasta la localidad burgalesa de Santa Gadea de Alfoz para realizar la ruta del sendero del Monte Hijedo.
A la salida de este pueblo, en dirección a Higón, nos encontramos una pista asfaltada que nos llevó al punto de inicio del sendero PR-BU 30, lugar marcado por un panel informativo y una buena zona de aparcamiento.
El sendero del Monte Hijedo permite conocer al visitante uno de los robledales de roble albar más extensos y mejor conservados de la cornisa cantábrica. Su gran valor reside en que es representativo de un bosque muy escaso en la actualidad pero que antaño debió cubrir una extensa superficie.
Los robledales comenzaron a sufrir intensas explotaciones en la Edad Media para cubrir las necesidades de leña y carbón. En el siglo XVII, para fomentar la construcción de navíos, la marina obtuvo privilegios en la administración de los bosques, permitiéndosele cortar todos los árboles adecuados para fabricar embarcaciones. Posteriormente en los siglos XVIII y XIX la madera de roble se utilizó para la elaboración del carbón destinado a las ferrerías. El Monte Hijedo, por su relativo aislamiento y como núcleo central de una gran zona boscosa resistió, pese a todo, estos avatares, aunque seguramente fue reducida su superficie primitiva.
En la actualidad, el bosque del Hijedo se recupera debido al abandono rural, el empleo de nuevos combustibles y la implantación de cortas selectivas a partir de la segunda mitad del siglo XX. Dentro del bosque y mezclado con el roble crecen hayas, tejos, acebos, avellanos, sauces, etc.
Comenzamos a caminar, bajo un cielo gris que por el momento no amenazaba con lluvia, por una pista bien conservada que en apenas 1,5 km nos llevo hasta la Cabaña de Hijedo, un pequeño y bello palacete de principios del siglo XX, desde donde comenzaríamos una ruta circular para conocer una minúscula parte de este bonito bosque.
Comenzamos un pronunciado descenso en busca del Arroyo del Hijedo, que discurre por el fondo del bosque. Esta parte fue la que más nos gusto de todo el recorrido, disfrutando a cada paso con los bellos colores que el otoño había dado a las hojas de los árboles.
Una vez llegamos al arroyo seguimos su curso, encontrándonos en una de sus orillas un bello tejo, con sus frutos en forma de arilo carnoso que rodea la simiente, de un intenso color rojo.
Continuamos con el agradable paseo junto al arroyo, para más adelante salir del bosque a un gran claro, haciendo un largo giro a la izquierda, siguiendo una pista que de nuevo nos introduce de lleno en el bosque por un camino más estrecho y cerrado que por el que transitábamos con anterioridad. Es en este trayecto en donde encontramos en nuestro camino un par de ejemplares de tejos centenarios, de proporciones importantes y unas formas peculiares.
Poco después abandonamos el camino unos metros, para contemplar desde un mirador natural la belleza y la grandiosidad del Monte Hijedo.
De regreso al camino continuamos hasta la Cabaña de Hijedo, cerrando de esta forma el circuito por este precioso bosque que nos mostró sus encantos otoñales. Ya tan solo nos quedaba regresar por la monótona pista hasta el lugar en donde habíamos dejado el coche. Pero como aún era temprano decidimos dar un rodeo al Pantano del Ebro, e ir hasta el cercano pueblo de Villanueva para ver los restos inundados de la antigua iglesia.
De vuelta a casa, la lluvia que nos respetó durante toda la jornada, hizo apto de presencia, recordándonos que esos días en que los pronósticos son muy malos en la costa, suelen ser un poco mejores en la meseta (aunque no siempre) siendo una buena opción para realizar salidas tan fáciles y bonitas como esta del Monte Hijedo.
Buena y preciosa ruta, bonita en cualquier época del año. De tejo de la cabaña de Monte Hijédo me ha prendido un esqueje que me traje.
ResponderEliminarUn saludo.
Ah, y muy buenas las fotos.
Muchas gracias Tejón! Como bien dices, seguro que la ruta es bonita en las demás épocas del año.
ResponderEliminarSaludos.