A comienzos de julio nos desplazamos hasta Bujaruelo con una clara idea, conocer este descenso, quitarlo de la lista de pendientes y ya de paso realizar algún que otro barranco de la zona.
Madrugamos un poco la mañana del sábado 4 de julio, realizando la subida hasta la cabecera del barranco siguiendo el camino del Puerto. Allí nos encontramos con un grupo de Balmaseda con los que charlamos un rato (más tarde realizaríamos el descenso de Otal con ellos) y nos confirmaban que eramos los dos primeros grupos en entrar al barranco.
La primera parte del barranco es muy engorgada, encontrando numerosos rápeles sin apenas tiempos muertos, pudiendo realizar también algún que otro salto.
Una vez superada esta zona encontramos un tramo de caos de bloques dentro de un bonito bosque, zona esta que quizás pierda el interés deportivo, pero encontrando en ella bellos rincones.
La tercera y última zona del barranco la forman las grandes rampas finales, encontrando en esta zona la espectacular cascada de 65 metros.
Algún rápel más y el barranco acaba, tributando sus aguas al río Ara y dejándonos un gran sabor de boca. Sin duda es uno de los descensos imprescindibles del Pirineo, deportivo, bonito, lúdico, etc, y por fin después de una larga espera, nos mostró todos sus encantos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario