Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

jueves, 3 de octubre de 2013

Canal de Cureñas - Sejos - Cueto de la Concilla


Dudas, teníamos muchas dudas de que hacer el pasado sábado. Fonso quería hacer algo de senderismo, a Alicia y a mi nos daba un poco igual que hacer, mientras el resto del equipo por uno u otro motivo iban a ser baja en la actividad. Al final y tras barajar varios planes de visita a cueva y varias rutas, los barrancos los habíamos descartado por una mala previsión de tiempo, el azar quiso que nos decantáramos por realizar la ruta de la Canal de Cureñas, dentro del Parque Natural Saja - Besaya.


Quedamos con Fonso temprano, para dirigirnos hasta el kilómetro 25 de la carretera CA-280 Cabezón de la Sal - Reinosa, en el entorno conocido como Jaya Cruzá. Comenzamos a caminar a eso de las 10 de la mañana, disfrutando en esta primera parte del recorrido de una buena pista que nos aproxima al área de confluencia de los ríos Bijoz y Cureñas, lugar denominado Tramburrios.
Continuamos ascendiendo poco a poco, teniendo que realizar alguna parada para ponernos y quitarnos el chubasquero, situación esta que realizaríamos varias veces a lo largo del día, pues al final los pronósticos del tiempo acertaron y nos cayeron varios chaparrones. Durante el camino hacia los Molinucos del Diablo, el siguiente punto de interés de la ruta, nos encontramos con lo más parecido a un venado en celo que vimos en toda la jornada, pues teníamos la esperanza de ver alguno de estos animales durante la berrea, pero al final tan solo conseguimos oírlos en varias ocasiones.


Tras algo más de 1 hora y 30 minutos de caminata, dábamos vista en la ladera opuesta a los Molinucos del Diablo, al pie del Cueto de la Concilla.


Seguimos caminando hasta salir del hayedo y encontrarnos el Puente de la Robleda, que cruzamos para seguir caminando por senderos poco marcados en busca de la pista que  va hacia el Collado de Sejos. Una vez en la pista continuamos caminando por ella, teniéndonos que apartar en alguna ocasión para dejar el paso a los numerosos vehículos todoterreno que circulaban por ella. En una curva pronunciada abandonamos el camino para ir en busca de la braña de los Cantos de la Borrica y del refugio que existe en el lugar, en donde refugiados del viento pudimos comer tranquilamente.


Con la tripa llena retomamos la marcha, subiendo al cercano Collado de Sejos, para desde allí dirigirnos a ver el conjunto de menhires grabados, espléndida muestra del fenómeno megalítico (2500 - 1800 a. C), que constituye el hallazgo más antiguo de presencia humana en el parque.


El frío y el fuerte viento en esta parte de la ruta nos invitaron a dar la vuelta y regresar sobre nuestros pasos, pero decidimos acercarnos hasta el Collado del Hitón para ver el menhir de Piedra Jincá, que se encuentra medio caído haciendo el límite entre Polaciones y Cabuérniga. Intentamos ponerle en pie, pero no hubo manera....


Hablamos de la opción de subir a la cumbre del Cueto de la Concilla, pero la verdad es que no había muchas ganas. Otra vez el azar decidió y Alicia y yo pusimos rumbo a la cima, mientras Fonso decidió quedarse esperándonos escuchando los berridos de un venado en celo. La subida se hizo algo dura pues subimos 400 metros de desnivel en muy poco recorrido, pero al final el esfuerzo mereció la pena, alcanzando la cima del Cueto de la Concilla (1.922 metros) y disfrutando de unas amplias vistas.


Bajamos en busca de Fonso y comenzamos los tres juntos el camino de vuelta, regresando por el mismo camino de subida y volviendo al coche sobre las seis de la tarde después de una buena jornada de montaña.

                

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