Valle Llaminu (apertura)
Domingo 29 de junio, quedamos con Lolo y Mur a las 8 de la mañana en Santillán, lugar donde pasamos la noche, para sin demorarnos mucho empezar la aproximación en coche hasta una atrayente (sobre el mapa) riega que baja muy cercana al Pico Pierzo. Dejamos el primero de los coches después de pasar el pueblo de Argolibio, una vez superado el puente que marca el comienzo del descenso del Beyu el Carmeneru.
Con el otro coche continuamos por la carretera hasta superar el pueblo de Villaverde, para al poco encontrar a mano izquierda una pista bastante estrecha, aunque en buen estado que nos hizo ganar altura rápidamente. No se exactamente cuantos kilómetros circulamos por esta pista, pero lo cierto es que andando hubiese supuesto una buena paliza. Dejamos el coche en un ensanchamiento de la pista, justo en el momento en que la cosa se ponía fea para continuar, con el Pico Pierzo ya muy cerca de nosotros.
Preparamos todo el material y emprendemos la marcha andando por la misma pista por la que habíamos subido, hasta llegar al Collado la Valleya. Lolo sugirió haber subido hacia el Collado los Lobos para luego bajar en busca la riega , pero no le hicimos mucho caso (más tarde nos arrepentiríamos) y nos tocó hacer una incómoda travesía horizontal entre enormes helechos.
Atravesamos una vieja explotación minera cercana al Collado la Valleya, siendo bien visibles aún algún resto de esta vieja mina, pero desconozco cual es su nombre, quizás Mur pueda averiguar cual es si ve pronto al paisanu que la proporcionó la valiosa información que utilizamos para el descenso.
Durante la travesía cometimos el error de ir perdiendo altura, y cuando llegamos a la riega del Valle Llaminu (nombre con el que aparece en los mapas) después de 1 hora y 15 minutos andando, nos dimos cuenta que nos habíamos dejado lo mejor en la parte superior. Tomamos la decisión de volver a ganar altura, teniendo que realizar alguna trepada bastante jodida hasta llegar a la unión de dos pequeños ramales de la riega, lugar donde nos preparamos para comenzar el descenso.
Nos encontramos una riega prácticamente seca, escavada en dura cuarcita que muy pronto nos iba a poner las cosas difíciles. Habíamos elegido tornillos Multi-Monti para la equipación y ya desde el primer momento las pasamos canutas para poder hacer los agujeros y sobre todo atornillar el Multi-Molti.
En el primero de los rápeles, de unos 40 metros, conseguimos meter el tornillo después de pegarse Lolo con él durante un buen rato. Cada giro de tornillo nos costaba una barbaridad, echando en falta los parabolts que dejamos en el coche.
En la siguiente cabecera, cuando estábamos apunto de terminar de meter el tornillo la cabeza se partió, teniendo que volver a hacer otro agujero. Esta vez si conseguimos meter el tornillo y realizar un rápel de unos 20 metros.
En el tercer rápel, de unos 10 metros, volvimos a tener los mismos problemas que en los dos anteriores con los tornillos, pues no había forma de llegar a introducirlos completamente. Mur y yo realizamos un destrepe algo expuesto, mientras Ali y Lolo rapelaron desde una improvisada reunión.
Para el cuarto rápel de 30 metros (el último que hicimos en la apertura) utilizamos un natural en cabecera, un arbolillo bastante consistente como para realizar la bajada con seguridad.
Superada esta primera zona de rápeles nos adentramos en una zona bastante tomada por la maleza, el escaso agua que había en la riega se filtró, dejándonos por delante un desolador descenso entre árboles, maleza, helechos, etc. Aún así no abandonamos el descenso, pensando que quizás encontraríamos algún rápel más, aunque fuera en seco, pero no hubo suerte y llegamos al Río Villar, aprovechando para darnos un buen baño.
Foz del Río Villar ( parte inferior)
A partir de este punto comenzamos un largo tramo de río bastante aburrido, muy aburrido, queriendo mis compañeros utilizar algún escape y realizar el retorno sin realizar el descenso de la parte inferior del Río Villar, pero afortunadamente les logré convencer para seguir por el agua.
El primero de los rápeles que hicimos en este barranco lo realizamos desde un curioso "puente de raíz", un bonito rápel de unos 9 metros.
Más adelante encontramos otro tramo bastante largo y pesado, sin ningún aliciente, antes de encontrar una zona estrecha y bastante bonita, en donde encontramos unos divertidos toboganes.
Llegamos al último rápel del descenso, una de las chapas de la reunión estaba partida, seguramente debido a alguna crecida, decidimos reforzar la instalación con otra chapa y ahora sí, el Multi-Molti entró en la roca caliza sin tener que realizar ningún esfuerzo. Este bonito rápel, de unos 15 metros, tiene una marmita intermedia de la que costaba salir un poco.
Continuamos por un pasillo encajado durante unos metros, antes de que el barranco se abra definitivamente, teniendo por delante un buen tramo de caos de bloques hasta el puente que marca el final del descenso.
Salimos a mano derecha y poco tiempo después llegamos al lugar donde teníamos el primer coche, Ali y Mur suben a buscar el segundo mientras Lolo y yo esperamos charlando y disfrutando de un buen sol. Una vez todos juntos volvemos hasta Santillán en donde damos por terminada esta dura, larga, exigente y algo decepcionante jornada, pero tomamos y picamos algo comentando lo realmente importante de todo, el volver a casa "incólumes" y con ganas de volver pronto a realizar otra aventura como esta.
Esta bien salir de una actividad incólumes , pero el estar con los amigos de apertura y barranqueo también esta muy bien.
ResponderEliminarFlipante cronica... lo habeis pasado en grande!!!! Quiero mas aventuras para leer...
ResponderEliminarMuchas gracias Jesus!
ResponderEliminarAunque la apertura fuese un poco decepcionante, en conjunto pasamos una buena jornada.
Saludos.