La tormenta del día anterior había añadido más agua a un descenso ya de por sí caudaloso, aún así decidimos entrar y si la cosa se ponía fea utilizar uno de los muchos escapes.
La primera dificultad seria del descenso era la Cascada de Bozuelo, un rápel de 35 metros que montamos por fuera y por dentro del agua. Todos los valientes que decidimos bajar por el chorro acabamos de la misma manera, llevándonos un buen revolcón al cruzar la vena del agua.
El descenso es deportivo, principalmente por el abundante caudal, aunque por su carácter abierto tiene pocas dificultades obligadas.
Sin darnos cuenta llegamos a la espectacular Cascada del Pino, montando el rápel por fuera del agua, pues en estas condiciones y más yendo con gente novata no era nada recomendable.
Algún resalte "divertido" y algún rápel más y llegábamos al final del descenso, poniendo este barranco el punto y final a un buen e intenso fin de semana de barrancos por el Valle de Tena, tras la realización del cuso de barrancos ADEMCO 2015.
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