El acceso a la cabecera aunque corto, se nos hizo bastante duro, sobre todo por el agobiante calor y por realizar la aproximación después de la comida.
El descenso es corto y sencillo, por lo menos en las condiciones de caudal en las que nosotros lo encontramos.
El plato fuerte del descenso es una bonita cascada de unos 30 metros, desde cuya cabecera se puede ver todo el resto del descenso.
Después del último rápel, que realizamos bajo la atenta mirada de algún bañista, abandonamos el cauce, volviendo en cómodo caminar hasta la antigua carretera nacional en donde habíamos dejado la furgoneta y de ahí de regreso a casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario