Nos cambiamos y empezamos el camino de aproximación por un sendero que va paralelo al río (dirección la Vega), hasta encontrar a unos 500 metros la Cascada del Churrón. Nos deleitamos con la vista, aprovechamos para mojarnos y refrescarnos un poco, pues hace bastante calor, y comenzamos los escasos metros de subida que hay hasta la boca de la cueva.
La boca de entrada, de pequeño tamaño, esta 5 metros por encima de la resurgencia, siendo esta impenetrable. Las aguas de la Cascada proceden del sumidero de Millajo, cavidad de unos 700 metros situada al otro lado de la montaña y que no se ha logrado comunicar con la cueva del Churrón.
Poco a poco vamos entrando en la cueva hasta una pequeña sala en donde vemos el curso del río. Continuamos por un meandro entre bloques dejando pequeñas marmitas a nuestros pies. Llegamos hasta un punto en donde encontramos un tubo de plástico situado verticalmente y en este lugar tenemos que subir al piso fósil. A estas alturas estamos encantados con lo bonita y diferente que es la cavidad.
Mas adelante volvemos a bajar hasta el nivel del río y lo seguimos hasta llegar a un sifón en el que Ali mira a ver si hay continuación, pero el resultado es negativo.
Así que nos damos media vuelta y volvemos hasta una pequeña sala en la que después de hacer una pequeña trepada, volvemos a subir al nivel fósil. Una vez estamos en este nivel, encontramos bastantes puntos de topografía, con un nombre y las fechas en que fueron hechas (1999/2000) que quizás a algún miembro de nuestro club le suenen de algo.
Seguimos caminando entre bloques desprendidos por galerías rectilíneas, hasta llegar a un paso un poco complicado, en donde tenemos un aro de cinta empotrado en un bloque que nos ayuda a superar este aéreo paso. A estas alturas Oscar, Naghy e Ivan han decidido que vuelven poco a poco hacia el exterior, mientras el resto del grupo continuamos hacia adelante.
Poco a poco las galerías se van haciendo mas pequeñas, hasta llegar a una gatera bastante larga y con el suelo llena de cantos rodados. Nos preguntamos si queremos continuar y arrastrarnos un poco. Eloy y Alicia no están mucho por la labor, Belén si esta muy animada a seguir y con un poco de animo por mi parte continuamos la progresión. Esta gatera sin ser muy estrecha si que es demoledora por la presencia de las piedras en el suelo. Una vez superada, la cosa se estrecha cada vez más y notamos un soplo de aire que nos invita a seguir por alguno de los pequeños agujeros que hay en la zona. Llegamos a una pequeñísima sala en donde encontramos las únicas formaciones que veremos en toda la cueva, y continuamos unos metros más hasta que decidimos que es la hora de volver y juntarnos en la calle con nuestros compañeros.
Durante el camino de vuelta nos encontramos en un pequeño recoveco del techo un gran termómetro, que pensamos que quizás sea para algún estudio, lo volvemos a dejar en su sitio y seguimos el camino de retorno hasta el exterior, en donde ya empieza a anochecer. Sin demorarnos más, emprendemos el camino de retorno hasta el lugar donde tenemos los coches, y allí están nuestros compañeros esperándonos ya cambiados para ir a tomar un refrigerio a Ontaneda, en donde charlamos sobre la cueva visitada y hacemos planes para futuras salidas.
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