El plan era casi perfecto, subir el sábado desde Puente San Miguel (en donde habíamos quedado) hasta la zona del Puerto de San Glorio en donde pasaríamos la noche, ver el amanecer desde el Collado de Llesba y posteriormente realizar el descenso.
El grupo esta formado por Julio, Carmen, Jesús, Ali y yo. Llegamos a San Glorio tarde, ya de noche cerrada. Soplaba un viento helador y juntamos las 2 furgonetas para que nos protegiera de este molesto viento y de esa forma poder preparar una barbacoa para la cena y la posterior sesión de sobremesa. Durante la amena y larga charla nos damos cuenta de que el viento por fin a dejado de soplar, situación que se agradece mucho, pero que no es nada halagüeña para el día siguiente. Cuando nos introducimos en las furgonetas para dormir, no fijamos una hora de diana para levantarnos, confiamos en que los rayos del sol sean tan fuertes y molestos que no nos dejen dormir.
Me despierto sobre las 6 de la mañana, levanto la cabeza para mirar por la ventanilla de la furgoneta y veo que la visión del amanecer que tanto deseábamos , se nos va a chafar. Lo único que se ve son gran cantidad de nubes blancas que cubren por completo el macizo Central y Oriental de los Picos de Europa . Me vuelvo a tumbar e intento dormir algo más, esperando que cuando nos levantemos esas nubes hallan desaparecido.
El sonido de los campanos de unas vacas, guiadas por un viejo pastor a nuevos pastos y el merodear de un perro por las furgonetas, hace que por fin todos nos despertemos. Poco a poco vamos saliendo de las furgonetas y volvemos a comprobar que la situación no ha cambiado. Toda la zona de Picos esta completamente cerrada de nubes, pero afortunadamente, la zona por donde vamos a subir hasta las faldas de Peña Prieta esta un poco más despejada.
Desayunamos, recogemos todo y nos dirigimos puerto abajo, dirección de Ledantes, en donde dejaremos uno de los vehículos. Volvemos a subir el puerto, situación esta que se hace bastante pesada, hasta que aproximadamente sobre las 11 de la mañana comenzamos a caminar el largo tramo de aproximación hasta la cabecera del barranco.
En la bajada vemos pequeñas cascadas que nos hacen pensar que hemos acertado con la decisión tomada. Llegamos a una zona en la que el valle se empieza a estrechar mucho y llega el momento de bajar hasta el cauce del río. Todavía sin ponernos el neopreno evitamos algún resalte y una cascada de unos diez metros por un lateral. Sabíamos que había alguna cascada del comienzo sin instalar, pero ya hemos dejado atrás unos cuantos resaltes, y comenzamos a pensar que este no es el Río Castrejón. Alicia decide adelantarse para comprobar los siguientes metros del río y a su vuelta dice que no ha visto nada instalado, y como estábamos con la mosca detrás de la oreja por si habíamos acertado con el camino, pensamos que hemos metido la pata hasta atrás y decidimos volver a subir y comprobar la otra parte del valle, decisión que no fue la mas acertada.
Hasta los huevos de pasear la puñetera mochila de un lado para otro, llegamos a un pequeño refugio que hay al pie de la pared norte de Peña Prieta, donde nos ponemos a comer y dejar la búsqueda del barranco para cuando recuperemos fuerzas.
Acabamos de comer y descendemos un poco por esta parte del valle que cada vez es más amplio, hasta darnos cuenta, que ahora sí que la hemos cagado, pero bien. Es lo que tiene ser como canicones (S.C.C.). Estamos en los Puertos de Riofrío.
Desandamos lo andado hasta llegar al refugio, comentando que es lo que vamos a hacer, puesto que paseo por aquí, una vuelta por allá, y harto de pasear la mochila ya casi son las cuatro de la tarde.
Unos queremos entrar, aunque ya no es lo más prudente por la hora, lo largo del barranco y una niebla espesa que esta metida en él , y otros lo quieren dejar para otro día, la opción más sensata. Al final gana la sensatez y decidimos dejarlo para otra ocasión y emprender el camino de vuelta.
Cuando llegamos de nuevo al puerto de San Glorio son las 6 de la tarde (aproximadamente 7 horas después de nuestra salida) tomamos unos kalimotxos bien frescos, que en parte hacen disminuir el cabreo, cansancio y la decepción que tengo y nos vamos a buscar el segundo coche a Ledantes, donde aprovechamos para visitar la famosa Pisa o Batán de este pueblo, no sin antes comprometemos a volver en un breve plazo de tiempo a descender este barranco que tan esquivo nos ha sido este día.
Lo pasamos bien, en la 1ª y en la 2ª parte.
ResponderEliminarLa verdad es que si lo pasamos bien los dos días, pero el segundo ya nos fuimos con mejor sabor de boca, y no lo digo por los huevos con chorizo...
ResponderEliminarLo que resulta curioso es que entre todas las fotos de este blog conocer solo a Carmen y a Julio, y en el título del post que ponga la palabra "pifia" :-DDD eso me ha recordado los buenos tiempos del "Somos Como Canicones" del que tan orgullosos nos sentíamos.. En fin, ya se sabe.. otros tiempos.. otra generación!! Un blog muy completo.. Un saludo
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