Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Cueva del Mirador


El día de nochebuena, decidimos el ir a dar un paseo por la zona del Portillo de Lunada con la idea de pisar algo de nieve, pero también llevábamos el equipo de espeleo por si encontrábamos la boca de la Cueva del Mirador, y de paso conocer este pequeña cavidad de algo más de 1.100 metros. Cuando vamos subiendo camino de La Concha, vemos que ya queda muy poca nieve en Lunada, el viento sur y la lluvia caía días atrás se han encargado de limpiar  las montañas, tan solo queda algo de nieve en las cimas mas altas.
Llegamos hasta la curva en donde se encuentra el desvío hacia el Mirador de Covalruyo, aproximadamente en el Km 29,5 de la carretera que sube desde San Roque de Riomiera, y dejamos el coche aparcado nada más pasar la curva a la derecha, en un pequeño ensanchamiento que hay. Como nos sabemos la nieve que habrá por la zona del mirador, no cogemos la ropa de espeleo y vamos a ver como esta la zona y disfrutar de las amplias y buenas vistas que hay desde Covalruyo. Delante de nosotros tenemos el Castro Valnera, Pico la Miel, los Picones de Sopeña con el hayal de La Zamina a sus pies, todo el valle de San Roque, e incluso se llega a ver la Bahía de Santander.


Después de disfrutar de las hermosas vistas que nos ofrece el mirador, decidimos buscar la boca de la Cueva del Mirador, pues hay poca nieve y se puede encontrar fácil. Tomamos un sendero ascendente bastante marcado, que se dirige hacia el norte, dirección  Brenaescobal. En apenas 5 minutos estamos junto a una dolina muy marcada que se apreciaba desde el mismo mirador. La boca se encuentra casi sepultada por la nieve, pero nos asomamos a ella y vemos que se puede entrar por un lateral de la misma.
Ahora nos entran dudas de que hacer, si dejar la visita para otra ocasión, o bajar hasta el coche a buscar la ropa de espeleo y entrar. Belén nos quita las dudas, ella quiere entrar, así que desandamos el camino y bajamos hasta el coche. Menos mal que la distancia no es mucha, y en poco tiempo estamos ya al pie de la boca, pero ahora ya dispuestos a entrar.


La entrada se hace por una rampa bastante resbaladiza e inclinada, así que decidimos poner una cuerda para ayudarnos un poco. Esta rampa da acceso a unos estrechos meandros, que Alicia explora un poco por encima. A su vuelta nos comenta que hay continuación, pero que tenemos numerosos destrepes bastante complicados para la niña. Decidimos no arriesgarnos y  dedicarnos a ver la pequeña sala en la que nos encontramos, que está decorada con alguna excéntrica, varias coladas, un gour,etc, antes de ir saliendo hacía el exterior, y dando por concluida esta rápida visita a la Cueva del Mirador.

       

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