Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

viernes, 15 de febrero de 2013

De vuelta a la Ferrata El Risco



El sábado cuando descendíamos el Puerto de Alisas volviendo de la Cueva del Gándara, una atrayente cascada nos llamó la atención en la lejanía. Les pregunte a Alicia y Antonio si esa era la cascada del Risco, confirmándome que efectivamente se trataba de ella. Enseguida me entraron ganas de visitarla y conocer la ferrata con agua, como publiqué en su día que sería una buena idea. Si las previsiones meteorológicas para el domingo no fallaban, tendríamos una mañana sin lluvia, para por la tarde llegar un nueva borrasca.
Chus y Mónica se pusieron en contacto con nosotros para ver si hacíamos algo el domingo, comentándoles el plan que tenía. Alicia estaba más por la labor de ir a hacer una raquetada, situación esta que agradaba mucho a nuestros amigos, pero al final quedamos en hablar el domingo por la mañana y decidir hacia donde caminábamos.


El domingo logré covencerles para ir a la Vía Ferrata El Risco, ayudado por un tiempo que si bien no era malo del todo, no presagiaba nada bueno. Quedamos en Solares, para después dirigirnos en un solo coche y con algún despiste incluido ( aunque creo que llegamos primero por esa carretera) a Matienzo.


De la ferrata poco mas que contar que lo publicado en la primera crónica, tan solo decir que nos gustó mucho más con agua corriendo por la cascada, pero en ningún momento nos dificultó la progresión, pues se pasa por detrás mismo de la caída del agua.


La salida la volvimos a  hacer por el flanqueo horizontal a la izquierda, para así acercarnos a la cabecera de la cascada, dejando para otra ocasión la subida por la escalera de cable.


Otra de las novedades este día, fue el poder realizar el puente nepalí de dos cables, de unos 25 metros de longitud, y que en nuestra primera visita todavía no estaba acabado.


Terminada la ferrata un tímido sol se dejo ver sobre nuestras cabezas, pensando que quizás el hombre del tiempo se había equivocado y habíamos desaprovechado el día para hacer la raquetada que tenemos pendiente desde hace algún tiempo. De todas maneras, durante la mañana disfrutamos un montón realizando la ferrata,  más aún  cuando en pocos minutos el tiempo cambió radicalmente y sentados en una mesa del restaurante Casa Germán, disfrutábamos de un buen cocido montañés y otros manjares viendo como caiga agua a mares. Habíamos acertado de pleno.

                

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