Presentación

Este es el blog de Carlos y Alicia, en donde os mostraremos las salidas a la montaña que realicemos solos o con nuestros compañeros y amigos.

martes, 13 de mayo de 2014

Barranco de Sacs

Texto: Alicia                            
Llega el tercer día en tierras de Benasque. Hoy nos hemos decidido por ir al Barranco de Sacs, que tiene una aproximación dura. Esta vez vamos Carlos, Mur, Lolo, David, Carmen y una servidora, Chuchi, Mónica, Chari y Belén se van a ir de visita a  Cerler y Benasque . 
El grupo de barrancos nos dirigimos hacia Benasque, pasamos el pueblo  y justo cuando se acaba vemos a nuestra izquierda unas cascadas que llevan bien de agua, es el Barranco de Sacs. Pasamos la rotonda que lleva al pueblo de Cerler y a unos 100 metros  nos desviamos por una pista hacia la izquierda, que nos lleva al  aparcamiento donde dejamos la furgoneta.


Nos cambiamos de ropa y emprendemos el camino de aproximación, o eso creíamos. Nada más pasar el puente encontramos señales que nos indica la subida hacia Ixeia, siguiendo el camino, con una fuerte ascensión,  hasta que Lolo dice que no le  cuadra, pues nos estamos alejando del cauce del río  y deberíamos de tenerlo a nuestra derecha, teniéndolo a la izquierda. Bajamos otra vez al cauce principal del río Ésera y nos damos cuenta que el camino de aproximación correcto se lo llevo el río en la crecida del año pasado. Pasamos por el prado que está justo al lado de la pequeña central y cruzamos el cauce del Barranco de la Ruda, para esta vez sí, empezar la fuerte subida hasta el Collado de Ixeia.


El grupo se divide, Lolo  sube el primero, con gran ventaja sobre el siguiente que es Carlos. David y yo nos lo tomamos con más calma y por detrás a Mur y Carmen ni los vemos. Cuando llegamos al collado Lolo  nos dice que hemos tardado mucho, que se aburre. Las vistas desde el Collado de Ixeia son impresionantes, se ve todo el valle, con  la cabecera del barranco ya visible, pero con una estampa que no nos esperábamos.


El barranco tiene un nevero impresionante en su cauce, producido por varios aludes, debido a la cantidad de nieve caída  este año. Nos acercamos y vemos que las dos cabeceras posibles están totalmente tapadas por la nieve. Decidimos pasar por encima del  nevero con muuuucho cuidado, e intentar empezar el barranco más abajo.


Encontramos una reunión en un sitio de roca libre de nieve, y decidimos entrar en el cauce del río, creemos que a la altura del rápel 5.


Entramos en algo nunca visto por nosotros, una cueva de hielo escavada por el agua, la cual nos permite rapelar unas veces por dentro y otras por fuera del nevero, con un ambiente alucinante.


Después de descender varios destrepes y algún rápel, llegamos a una cascada de 12 metros, donde el hielo no nos  deja ver la reunión.  Rapelamos desde un árbol en el cauce y llegamos al rapel de 22 metros,  donde tampoco encontramos la reunión.  Decidimos salirnos entre el nevero y la roca, siguiendo  por encima del nevero, dejando bajo nuestros pies metros de nieve y creemos que algún rápel, aunque no lo podemos asegurar al perder la topografía.


El barranco continua sin nevero, quedan por delante muchos rápeles, de los cuales el más llamativo es el que forma un impresionante rulo justo en mitad de rápel, mandando el agua a varios metros de altura. Todos rapelamos por la derecha sin tocar el agua, aprovechando un desviador, todos nooo, Carmen entra en la vena  del agua y la da varios revolcones, pero sin mayor importancia.

                           

En este rápel la cuerda no recuperaba, montamos un polipasto y no bajaba ni un metro, teniendo que volver a subir Lolo a ver que cojones pasaba. ¡¡¡¡Quería matarnos!!!! Nos habíamos olvidado soltar la cuerda de la reunión, así que como para recuperar la cuerda estaba la cosa.

                           

Una vez acabado el barranco seguimos la senda que nos lleva junto a la furgoneta. Allí llamamos al resto del grupo para comer juntos y descansar un rato, recuperando fuerzas para irnos a realizar  la Ferrata  de Sacs. En ese momento Mur  y  Carmen  deciden no acompañarnos, quedamos solo los cuatro del apocalipsis.

                 

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