Texto: Alicia |
El grupo de barrancos nos dirigimos
hacia Benasque, pasamos el pueblo y justo cuando se acaba vemos a nuestra
izquierda unas cascadas que llevan bien de agua, es el Barranco de Sacs.
Pasamos la rotonda que lleva al pueblo de Cerler y a unos 100 metros nos
desviamos por una pista hacia la izquierda, que nos lleva al aparcamiento
donde dejamos la furgoneta.
Nos cambiamos de ropa y emprendemos el
camino de aproximación, o eso creíamos. Nada más pasar el puente encontramos
señales que nos indica la subida hacia Ixeia, siguiendo el camino, con una
fuerte ascensión, hasta que Lolo dice que no le cuadra, pues nos
estamos alejando del cauce del río y deberíamos de tenerlo a nuestra
derecha, teniéndolo a la izquierda. Bajamos otra vez al cauce principal del río
Ésera y nos damos cuenta que el camino de aproximación correcto se lo llevo el
río en la crecida del año pasado. Pasamos por el prado que está justo al lado
de la pequeña central y cruzamos el cauce del Barranco de la Ruda, para esta
vez sí, empezar la fuerte subida hasta el Collado de Ixeia.
El grupo se divide, Lolo sube el
primero, con gran ventaja sobre el siguiente que es Carlos. David y yo nos lo
tomamos con más calma y por detrás a Mur y Carmen ni los vemos. Cuando llegamos al collado Lolo
nos dice que hemos tardado mucho, que se aburre. Las vistas desde el Collado de
Ixeia son impresionantes, se ve todo el valle, con la cabecera del
barranco ya visible, pero con una estampa que no nos esperábamos.
El barranco tiene un nevero impresionante
en su cauce, producido por varios aludes, debido a la cantidad de nieve caída
este año. Nos acercamos y vemos que las dos cabeceras posibles están
totalmente tapadas por la nieve. Decidimos pasar por encima del nevero con muuuucho cuidado, e intentar
empezar el barranco más abajo.
Encontramos una reunión en un sitio de
roca libre de nieve, y decidimos entrar en el cauce del río, creemos que a la
altura del rápel 5.
Entramos en algo nunca visto por
nosotros, una cueva de hielo escavada por el agua, la cual nos permite rapelar
unas veces por dentro y otras por fuera del nevero, con un ambiente alucinante.
Después de descender varios destrepes y
algún rápel, llegamos a una cascada de 12 metros, donde el hielo no nos
deja ver la reunión. Rapelamos desde un árbol en el cauce y
llegamos al rapel de 22 metros, donde tampoco encontramos la reunión.
Decidimos salirnos entre el nevero y la roca, siguiendo por encima
del nevero, dejando bajo nuestros pies metros de nieve y creemos que algún rápel,
aunque no lo podemos asegurar al perder la topografía.
El barranco continua sin nevero, quedan
por delante muchos rápeles, de los cuales el más llamativo es el que forma un
impresionante rulo justo en mitad de rápel, mandando el
agua a varios metros de altura. Todos rapelamos por la derecha sin tocar el
agua, aprovechando un desviador, todos nooo, Carmen entra en la vena del
agua y la da varios revolcones, pero sin mayor importancia.
En este rápel la cuerda
no recuperaba, montamos un polipasto y no bajaba ni un metro, teniendo que
volver a subir Lolo a ver que cojones pasaba. ¡¡¡¡Quería matarnos!!!! Nos
habíamos olvidado soltar la cuerda de la reunión, así que como para recuperar
la cuerda estaba la cosa.
Una vez acabado el barranco seguimos la
senda que nos lleva junto a la furgoneta. Allí llamamos al resto del grupo
para comer juntos y descansar un rato, recuperando fuerzas para irnos a
realizar la Ferrata de Sacs. En
ese momento Mur y Carmen deciden
no acompañarnos, quedamos solo los cuatro del apocalipsis.
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