Domingo 18 de mayo, poco a poco vamos despertando y desayunando, mientras vemos como más compañeros van llegando desde Cantabria al aparcamiento de la Leze para unirse al descenso del Cañón de Artazul. Desmontamos el campamento y nos dirigimos hacia Aizpun, realizando alguna pequeña parada para realizar unas últimas compras y para dejar paso a una procesión, que por segundo año consecutivo ADEMCO se encontraba en el camino, mostrando alguno cara de incredulidad.
Cuando llegamos a Aizpun nos ponemos a cambiar los 18 barranquistas que nos animamos a realizar el descenso, emprendiendo el camino de acceso hacia el primero de los rápeles, pero nos equivocamos y entramos al cauce aguas abajo de esta cascada.
Nada más entrar al río vemos la diferencia de caudal con el día de nuestro primer descenso del Artazul, aquella jornada el barranco iba bien cargado de agua y en algún momento lo pasamos mal.
Primer descenso Artazul |
Hoy el barranco parece otro, aunque sigue manteniendo un gran encanto, siendo un cañón muy estético y bien formado.
Como siga sin llover le queda poco tiempo con agua al cañón, pero afortunadamente nosotros lo encontramos con agua corriente y pozas frías y limpias que nos permitieron realizar numerosos saltos y toboganes.
A pesar de ser un grupo muy numeroso, la progresión es muy fluida y rápida, llegando al impresionante circo final casi sin darnos cuenta, y es que el buen rollo y mejor ambiente hizo que el tiempo se nos pasara volando.
Instalamos el último rápel de 45 metros por la izquierda, aquí si tenemos que esperar un buen rato, pasando algo de frío, pues lleva su tiempo el bajar esta preciosa cascada que ponía punto y final al descenso.
Una vez en el nacedero de Arteta y tras subir a buscar los vehículos, nos ponemos a comer bajo un sol de justicia, antes de emprender el regreso a casa habiendo disfrutado de un magnifico fin de semana barranquista.
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